miércoles, 1 de junio de 2011

La "cosa", empeora de forma clara...

Las últimas noticias económicas del día:

- Nubarrones de nueva recesión, para la economía española
- Las ventas de automóviles, caen un 23,3% en mayo
- Las viviendas bajarán al menos otro 10% en los próximos dos años, según el Banco de España
- Nuevas deudas desconocidas de la Generalitat, por valor de 1208 millones
- Pese a la crisis, los empleados públicos españoles siguen aumentando en 70.000 al año
- En España, la economía sumergida llega al 24% del PIB
- Suben tremendamente las comisiones bancarias

Pese a que la reestructuración que hicimos de nuestro trabajo y nuestra forma de vida la pensamos para los próximos diez años, me temo que, viendo los acontecimientos mucho más graves de lo intuido inicialmente, no será suficiente. El trabajar y vivir "a la japonesa", ha de ser complementado con la de vivir "escuetamente", como lo hacen en los pueblos... Creo que será la única forma de evitar la emigración, ¡¡tan difícil a partir de cierta edad!!

El vivir en una ciudad es caro. Pese a disponer en ella de innumerables ventajas profesionales y culturales, también es cierto que algunas de ellas, y gracias a internet, han desaparecido.
Sin embargo, un pueblo (o una ciudad muy pequeña) presenta muchas ventajas, imposibles de conseguir en una gran ciudad: el muy bajo coste de la vida y la posibilidad de poner en práctica muchas de nuestras ideas juveniles de autosuficiencia (y no por juveniles, menos realizables en la situación económica que nos viene de camino)

Las soluciones de autosuficiencia propuestas por John Seymour
hace 35 años, pueden ser interesantes en la actualidad...



Una pequeña casa, con cierta cantidad de terreno y construida para nuestras necesidades de urbanitas redomados, puede ser una buena solución. El cultivo de un amplio huerto, con los avances actuales en cuanto a riegos automáticos e invernaderos, no se hace incompatible con las visitas de trabajo a la gran ciudad, la edición fotográfica, la de offset, la de video. o las vacaciones familiares. Y, sin embargo, proporcionan una calidad de vida, independencia y cierta autosuficiencia, difíciles de logran en una gran ciudad y menos aún, en una situación de crisis nacional e internacional como la que nos esta acechando. Y para los enamorados desde la juventud de estos temas, como nosotros, puede ser la ocasión de poner en práctica todo lo aprendido a lo largo de los años...

Parece chistoso plantear esto, cuando hasta el momento no hemos terminado al 100% nuestro traslado y adaptación a la nueva vivienda-estudio, pero los acontecimientos me indican que hay que actuar mas contundentemente para salvar, ahora, una posible situación futura que puede llegar a ser tremendamente difícil para todos; no tengo ninguna duda, de que hemos de mover ficha de nuevo y antes de que nos pesquen despistados...

Disfrutando de unas vacaciones en un pueblo del pirineo






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