Llegó el momento

Se aproximan mis 63 años y, a esta edad, ya se ha de tener claro en qué consistirá mi futuro. 

Por desgracia, profesionalmente la cosa pinta muy mal, como bien pude preveer hace ya mas de cinco años. No tendré trabajo continuo como para mantenerme (hace tiempo que no lo tengo) y tampoco lo tendrán otros compañeros jóvenes dada la escasez de arquitectura de calidad que se construirá en nuestro país. Ellos tendrán que simultanearlo con otras actividades si pretenden vivir de la imagen, pero para las que yo ya estoy negado. Otra cosa bien distinta, son otros tipos de fotografía mas comercial (moda, publicidad etc) donde el trabajo será mas abundante pero para eso, a estas alturas, tampoco estoy capacitado…

Maqueta Centro Civico en Puerta de Toledo. Juan Navarro Baldeweg

Por lo tanto, yo me quedare (ya me he quedado) como un viejo dinosaurio, con el que trabajaran otros contados dinosaurios (y algún joven interesado) que seguirán entendiendo la imagen de arquitectura de la misma forma que yo lo hago…Ambos, nos iremos apagando poco a poco, cual vela ya en sus últimos resquicios, dejando solo el rastro de lo que fue nuestra vida profesional, sometido a la degradación por "los musgos", "los hongos"  y "los líquenes" que va añadiendo lo insulso del tiempo…

Maqueta de aparcamiento subterráneo en la Plaza de Agustín Lara. Linazasoro

La recopilación completa y detallada de mi historial profesional
es una de mis actuales actividades, casi diarias

Pero, ante mi, también se abre un mundo fascinante, del que ya estoy probando bocado: el estar al otro lado de la barrera, me permite proyectos absolutamente distintos a los que antes realizaba: el organizar y digitalizar cuarenta años de trabajo completamente especializado y continuado; la publicación de parte de los mismos de forma monográfica y el realizar estudios específicos dentro de mi ámbito profesional, va a ser mi próxima actividad fundamental (ya lo esta siendo) a lo largo de los próximos años. Un mundo, aparentemente relajado, con el que disfrutar a diario. Económicamente, a estas edades y tras mi reestructuración de vida, se ha aprendido a vivir casi del aire…

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