jueves, 2 de julio de 2020

Desde mi submarino (36). Recuerdos de Cantabria

Fueron unos años muy variados en Cantabria donde la ilusión de montar la casa con los niños no se me podra olvidar nunca (y a ellos tampoco). La cosa mas tonta como el montar un armario empotrado con un sistema klein de puerta corredera, realizada a base de un tablero reforzado con estructura de madera y pintada también por nosotros, fue algo muy íntimo. Desde hacer que el sistema funcionara a las mil maravillas con pequeños ajustes, hasta el color azul ultramar mate, similar al normalizado de gouache, realizado a base de mezclas de lo que había en el mercado local, fue todo un éxito familiar.

El enseñar a mi hijo a ser sensible a la pesca y al mar (que no es lo mismo que pescar). A tener un nexo con el fondo marino; con el pez y a través del hilo. Averiguar cuales son sus movimientos y tirar del aparejo en el momento justo y cobrar una buena pieza mientras tus compañeros, los que no conoces pero que empezaron a pescar al unísono junto a nosotros, nos miran con cierta envidia, para un niño no tiene precio.
El meterle por las venas la mar, construyendo una bonita caña de bambú tradicional, con cañas recolectadas años antes de la casa de su abuelo, fue un experiencia única. Todavía la conservamos intacta y armada con un Mitchell que junto a un Sagarra azul, fue uno de los primeros que tuvo mi padre y el primero que yo utilice cuando tenía su edad.

Cuaderno de campo de mi hijo Manuel
Diez años de investigación de la Playa de Trengandin (Noja)


Aquellos años de investigación marina, paciente pero continua a lo largo de diez años, dio como resultado una formación para mi hijo muy interesante y, para mi, grandes satisfacciones. Yo creo que mi hijo  difícilmente seria ahora lo observador y meticuloso que es, si no hubiera sido por aquellas experiencias.

Mi vieja bicicleta renovada para montaña con piñones mas grandes de lo habitual para carretera y platos algo más pequeños. Cambie los tubulares por ruedas Simano y le añadí una iluminación led muy potente para su época; bien lo merecía para circular en alta montaña y entre densas nieblas. La regale por falta de espacio en la nueva casa, aunque sigo teniendo tres: una de carretera, otra de ciudad y una tercera antigua, para montaña. Probablemente compraremos otra de montaña como sistema de escape de la ciudad, ante algún evento que lo merezca.
Uno de mis circuitos habituales en bicicleta por Cantabria, de 75-100km diarios.

Grandes días pase yo también, con mis largas excursiones solitarias en bicicleta. 75-100 km de muchos días por esas carreteras con potentes subidas y temerarias bajadas, con mi bicicleta originalmente de tubulares. Alumbrándome entre nieblas subiendo Fuente Las Varas y sufriendo para bajar esas cuestas del 9-12,% de pendiente sin peligro entre la espesísima niebla... Por aquel entonces, no pesaba mas de 70kgr, trabajado mi cuerpo todos los días con unas marchas tremendamente duras...

Desgraciadamente aquello se iba degradando según aumentaban los turistas, y de lo que era una zona preciosa y tranquila, se fue transformando en un nido de turistas horteras de temporada. Nos marchamos ya cuando ni tan siquiera en invierno podíamos disfrutar de tranquilidad; los turistas se iban jubilando y también aparecían fuera de temporada con sus molestas, desagradables y ruidosas costumbres...

Marcha fotográfica familiar. Septiembre 2011

En aquel momento recuperar Galicia fue lo mejor que pudimos hacer; nunca tendríamos que haber salido de Galicia...

Masterclass de mi hija Erea en el 2020
Uno de los magníficos y técnicamente complicados trabajos de arquitectura, realizados por mi hijo Manuel

Y llego el momento de las marchas y excursiones por el monte, donde todos disfrutamos de la naturaleza y de la fotografía. Aunque se empezó en Cantabria, ya en Galicia fueron momentos impresionantes donde la formación de mis hijos iba a toda velocidad y por muy buen camino, como posteriormente se ha podido confirmar. Y los cuatro, disfrutábamos un puyero, como dicen en Asturias, y seguimos haciéndolo cuando podemos coincidir, varias veces al año...

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