martes, 3 de junio de 2014

De nuevo la pesca, como en el 2011

Copio y pego una entrada del 2011 (que a su vez se basa en otro del 2010), que me trae muy buenos recuerdos:




No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al puerto.

¡Que dulce el agua salada
con su salitre hecho cielo!
¡No quiero sandalias, no!
Quiero ir descalzo, barquero.

No quiero barca, corazón barquero,
quiero ir andando por la mar al puerto.
(Rafael Alberti)




(Viernes, 13 de agosto de 2010)
Y ahora que tengo algo de tiempo libre, me da por  ir a pescar, aunque he de reconocer que me lo he de pensar mucho más que antes. El hecho de matar animales como una diversión, es algo que me empieza a molestar sobremanera; un cierto cargo de conciencia me recorre el cuerpo...

Mújol (Oedalechilus Labeo)

Pocos peces hay ya en un puerto de mar, como para enseñar a tu hijo lo que es la pesca. Tan mal está el asunto, que prácticamente nos habíamos especializado en pescar lo que nadie quería pescar: mújoles. Pescando lo que resultaba imposible comer (al menos los mújoles de puerto), resulta mucho mas fácil realizar la pesca sin muerte (captura y suelta) que es la que últimamente practicábamos cuando salíamos juntos.


El diseño y construccion de una caña especializada para la pesca del mújol, ha de tener unas especiales características:
Ser bastante rigida y no demasiado largas (máximo 2,25m.), para poder tener máxima sensibilidad a la picada (el bambú, es un material magnífico para ello. Desgraciadamente ya no se encuentran y por ello, se la ha de construir uno mismo. ). No ha de tener mango ya que este suele ser mas rígido y por ello elimina parte de la sensación de picada; una simple soga fina alrrededor del bambú, lo hará suficientemente comodo y seguro para la pesca. El carrete no ha de ser de gran lanzado ya que en esta técnica de pesca (sin plomo) los lanzamientos son mínimos y siempre ayudados por el peso del cebo, las corrientes presentes en el lugar y aprovechando los vientos, si lo hubiera; su freno, ha de ser suave de la mas alta calibración posible (esto es muy importante). La sujeción del carrete a la caña, el de la clásica de cámara de bicicleta para impedir un cambio de flexibilidad y rigidez en ese punto. El nailon, lo mas fino posible trabajando siempre sin aparejo. El anzuelo ha de estar sujeto al final de la linea principal y por ello, conseguiendo una máxima sensibilidad (se ha de adquirir un nailon lo menos sensible posible a la elongación). Las anillas, de cerámica y en cantidad mínima; ello impide perdidas añadidas de sensibilidad. Todos los elementos de esta caña especializada van encaminados a logran sensibilidad máxima, a la exquisita y muy delicada picada del mujol.
Consejo: eliminar la muerte a los anzuelos, hace mucho mas difícil su pesca, pero también mucho mas deportiva y con menor daño. para el pez. Éste, ha de ser liberado lo antes posible, procurando que no se le desprendan sus delicadas escamas. Ha de hacerse siempre, en algún lugar alejado de nuestro puesto de pesca; al otro lado del malecón, es una buena y cómoda idea

Y resultan ser unos de los peces mas difíciles de pescar... Los años de observar sus costumbres, nos hicieron poder construir una caña específica a la vieja usanza: bambú madrileño curado por nosotros mismos procedente de algunas plantas de una casa familiar, anillas de cerámica como las de antaño, carrete García-Mitchell de hace cuarenta años, nailon finísimo y aparejo con fino anzuelo sin muerte y sin ningún tipo de plomo. Solo con un aparejo discretísimo (casi flotante) y con movimientos absolutamente naturales, el mújol se atreve a probar el cebo que se le ofrece (naturalmente la miga de pan con un grado de humedad específica, según las costumbres de alimentación y profundidad a lo que lo hacen en ese puerto concreto; ello se logra intriduciendo cierta cantidad de aceite en la mezcla)


Lo importante de la pesca del mújol, no es poder pescar uno (que ya es difícil salvo por confusión). Lo realmente difícil es pescar dos docenas de grandes dimensiones (cercanos a 1 kgr) manteniendo con cada uno una tremenda lucha hasta conseguir sacarlo del agua sin romper un sedal que no soporta mas de 500 gr. Y esto es así de complicado pues, estoy completamente convencido, que este pez es inteligente...

De alguna forma que desconozco, tras la primera captura, se avisan unos a otros y desaparecen completamente quinientos metros alrededor del lugar donde se encuentra la caña de esa captura. Esto indica que de alguna forma practican un cierto lenguaje.
Pero la cosa no se queda aquí ya que tardan varias horas en aparecer de nuevo (seguramente otros cardúmenes distintos). Ha de pensarse que estos viven en grupos de algunas decenas de ejemplares y, por lo tanto, ese lenguaje ha de ser común a todos ellos (inclusos entre distintos grupos). También podríamos deducir que al menos tienen una cierta memoria inmediata que dura en el tiempo.

No tengo ninguna duda que tienen ciertos sentimientos, individuales e incluso de grupo, ya que al capturar uno en el anzuelo, inmediatamente otros intentan liberarle de él e incluso uno de ellos le acompaña hasta el último segundo en el que ya lo "arrías" a tierra (expresión popular marinera ésta, propia de algunos marineros asturianos, que indica subir, y no bajar...). Incluso llega a quedanse mirándole...

Y esto viene a cuento tras ver uno de los programas de Eduard Punset, en los que se deduce que según las últimas investigaciones, lo único que nos diferencia de algunos animales es el lenguaje.
Tanto mi hijo como yo mismo, podremos asegurar que por el comportamiento de estos peces, pocas diferencias aparentes hay con nuestro propio comportamiento e inteligencia.

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