Hojas de ruta (6). Los Picos de Europa (1). Tielve

 Tampoco en esta ocasión recomendaremos en donde comer o en donde dormir. Si se va a trabajar, es mejor salir de la zona para el dormir, o comer bocadillos en medio de un "prao"; aquí los turistas son sableados sin pestañear...

Aprovechando antes de que aparezca la marabunta veraniega, hemos pasado unos días en casa de una buena amiga en Ribadesella. Aprovechando la estancia, hemos visitado los Picos de Europa de nuevo, intentando escaparnos del gentío que ya había aparecido en parte, seleccionando nuevas rutas por las que poder disfrutar de la soledad que produce su inmensidad.

De camino a Camarmeña, desde Arenas de Cabrales se divisan espectaculares paisajes

Por la AS-264, llegamos al desvío para Camarmeña y el funicular de Bulnes pero era tal el número de coches aparcados (desde ese punto, parte también la ruta del Cares) que decidimos salir corriendo de ese lugar en busca de algo mas solitario (en verano por aquí casi no hay forma humana de encontrarlo).

Este es el cruce de la AS-1, mencionado en el texto desde donde sale un camino que llega hasta las cabanas de los pastores

Nos metimos por la CA1 que al poco de caminar nos encontramos casi en completa soledad. Una preciosa carretera que bien merece la pena recorrer paralelos al rio Duje (afluente del Cares), y rodeados a derecha e izquierda de tremendos peñascos difíciles de dejar de observar. De nuevo un olvido tonto (los prismaticos) nos hicieron tomar la decisión, para próximas ocasiones, de hacer un equipo cerrado con todo lo necesario para este tipo de marchas cortas, pero que pueden traer sorpresas:

Desde el camino mencionado en el texto

Una mochila pequeña con:

- Prismáticos

- Cámara fotográfica independiente (en algunos casos)

- Bastón y/o tripode-monopié

- Linterna o luz de apoyo

- Movil con cámara, doble batería y cargador de coche

- Mechero

- Alarma

- Chubasquero

- Gorro

- Cantimplora 

Llegado a un punto, a nuestra derecha aparece un cementerio y, tras él, un desvio a la derecha con un molino. Su escarpada prolongación, no es mas que un camino de montaña para acceder a las distintas cabañas de ganado que estan instaladas en esa ladera. 

Subir por ese escarpado camino, fue una de los grandes placeres de este viaje. Dificilmente se puede disfrutar de unos paisajes de montaña tan auténticos como los que disfrutamos alejados completamente del turismo.

Los ladridos de unos perros, aparentemente salvajes, nos hicieron retroceder (no teníamos ninguna defensa contra ellos y suelen ser peligrosos en esas latitudes) bajando de nuevo a la carretera y que, tras atravesarla, encontramos otro camino hacia la derecha que seguimos hasta el pequeño pueblo de Tielve. Otro escarpado camino no tan vistoso como el anterior pero que finalmente nos ofreció una fría cerveza en un bar, un día de un calor considerable para esas latitudes.

Desde la entrada de Tielve, existen infinidad de vistas increibles

En próxima ocasión, nos prometimos terminar la escarpada subida con o sin perros, pero armados, eso si, con un buen pincho bien afilado, al final de la vara-bastón, cual antiguo carretero gallego de bueyes.

En bicicleta y para aquel que aguanten estas fuertes pendientes de montaña, con platos de 36-42 dientes y piñones de 28-39, puede disfrutar de lo lindo con desniveles superiores al 30% en muchos lugares de estos caminos de alta montaña. A mi edad, solo subirlos despacito que, lo de bajarlos, se lo dejo a otros...

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