La profesión, ya no importa tanto...

La verdad es que entre la falta evidente de trabajo medianamente bien remunerado, la falta de arquitectura de calidad suficiente como para poder hacer algo de interés en esos trabajos, el porcentaje tan elevado de retrasos en los pagos, los impagos y la edad a la que me ha tocado vivir todo esto (60 años), mi preocupación por la profesión, o la manera de vivirla ahora, ha cambiado de manera sustancial.

Estoy mucho mas preocupado por subsistir en medio de la selva que se nos avecina en cuanto a la tremenda subida del coste general de la vida y de la energía;  en prever las posibilidades de subsistir con mi futura escueta pensión, si esta terminan por entregármela algún día; de aclararles posibilidades a mis hijos para que puedan tener un futuro, que de cualquier otra cuestión profesional.

Son tiempos en los que se ha de estar con los ojos muy abiertos; estudiando las soluciones que otros preocupados como yo, están tomando, antes de que se den las urgencias...

Son tiempos en los que en las visitas a las casas de los amigos, uno empieza a descubrir que se está empezando a pasando frío en las viviendas ¡quien lo iba a decir hace unos pocos años sobre la vivienda de un arquitecto!. Que la estufa de butano (la mas económica) se han disparando sus ventas. Que los autobuses de la Empresa Municipal de Transporte de Madrid, van medio vacíos a cualquier hora del día (la gente opta ya por caminar para ahorrarse el  caro billete de autobús)... Un conjunto de cuestiones que preocupan mucho mas que los temas profesionales...

Pero no hay que desfallecer y se ha seguir dándole al manublio (produciendo) y siguiendo en la brecha para poder aprovechar cualquier grieta entre el decaimiento general, por la que poder colarse.