Una semana complicada y otros asuntos urbanos

Hotel en C/ Moratín, 52 de Madrid (Promotora MONTHISA. Arquitecto: Julián Dominguez Huerta). Estos espacios solo son posibles en rehabilitaciones de arquitecturas con historia. Justo en este lugar, tuvo su estudio uno de los mejores equipos de arquitectos madrileños (jóvenes en ese momento) de la época: Julián Manzano Monis e Ignacio Lliso. También la revista Tectónica paso por aquí en sus comienzos; empezamos ya a sentirnos viejos al ver pasar el tiempo y la transformación que hace en las cosas, los recuerdos y los lugares...

Esta semana, estamos metidos en cuerpo y alma con un trabajo que ha de ser entregado con urgencia este mismo viernes. Siempre pasa lo mismo: lo que se ha estado programando durante meses, ha de hacerse con urgencia en días, y de la noche a la mañana... Pero esto es algo inherente a esta profesión y tras varios intentos por trabajar de otra forma, al final siempre terminamos trabajando de la misma.

En esta ocasión se trata de un Hotel situado en la "manzana" de oro madrileña en la que coinciden el Museo del Prado, El Museo Thyssen, el Reina Sofía y, para rizar el rizo, el Caixaforum. Se trata del llamado, desde hace mas de un siglo, el "Barrio de los artistas" (también "Barrio de las letras")

Tuve mi estudio durante muchos años en este barrio y, en concreto, en un edificio con mas de trescientos años situado en la Calle de la Verónica.

Tanta antigüedad, a mi me da miedo. Lo explicare solo con contar una anécdota: al poco de entrar, me puse a pintar sus paredes. Su estado era tan deficiente que por zonas el yeso se desprendía. Puestos manos a la obra, se me ocurrió empezar a picar el mencionado para sustituirlo en grandes zonas, por yeso nuevo. Aparecieron, tras la primera capa, una segunda con dibujos al añil, de una calidad extrema. Con trazos limpios, seguros y con cierta abstracción, el autor se recreaba en escenas religiosas de una grandísima calidad. Lo que fue un descubrimiento con gran alegría, se convirtió en cierto temor a que me hicieran renunciar a mi alquiler "chollo", que tanto esfuerzo necesite para encontrarlo; no podría aspirar a otros cien metros cuadrados utilizados solo como estudio, dado el bajísimo alquiler con el que me lo ofrecieron incluyendo en el, doscientos litros de agua diaria gratis (para un fotografo de la epoca esto, ademas, era un chollo mas que añadir al conjunto)...

Con prontitud, tape de nuevo con yeso todo aquella maravilla y lo he mantenido en secreto, hasta ahora mismo. Un ligero comentario al antiguo dueño fue la única pista que proporcione y, sabido de su fallecimiento, dudo mucho que sus descendientes conozcan el tema o tengan interés en investigarlo...

En algunas ocasiones me ha dado por hacerlo público, pero siempre que paso cerca de esa vivienda, me encuentro con que esta ocupada y, por lo tanto, en la misma situación en la que yo me encontraba al descubrirlo: podría crearles un problema y siempre decido abandonar la idea muy a mi pesar...

continuará a lo largo del día...



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