El cliente, casi nunca lleva la razón...

Parece algo tonto pero, en verano, se hace tremendamente tedioso el procesado y retoque fotográfico. Cuatro ordenadores trabajando al unísono con un doble número de discos duros externos y otros tantos internos, además de las iluminaciones controladas específicas, hace que sea complicado bajar de los 26 grados en la sala de retoque. Esto junto al calor por radiación que desprenden los equipos, hacen que la sensación real sean de mucho mas temperatura y por ello el trabajo se transforma en algo ciertamente incomodo.

Era mucho peor hace años, donde sufríamos calores impresionantes con las procesadoras de diapositiva, ampliadoras y demás cachivaches de procesado "analógico" , todo ello en espacios absolutamente cerrados y prácticamente a oscuras. Aquello si que eran auténticos "hornos de martirio" y por ello (y por la iluminación roja) terminamos por llamarle al laboratorio "el horno discoteca"; eran tiempos en los que el aire acondicionado potente se pensaba más para la maquinaria, que para el operario...

Sabíamos perfectamente que cuando empezaban los calores fuertes en Madrid, resultaba prácticamente imposible entregar una calidad máxima en los trabajos, por la imposibilidad de que tampoco cualquier laboratorio profesional trabajara de manera absolutamente controlada, especialmente en el duplicado y revelado de diapositiva color...; nadie lo decía, pero todos lo sabíamos...

Ampliación y reforma del Ayuntamiento de Laredo (Cantabria). Emilio Carreño. Arquitecto/ Architect

En ocasiones y con el único fin de entregar la máxima calidad en los trabajos, reducíamos la velocidad de procesado a la cuarta parte ya que lográbamos un mejor control de la temperatura y agitación de los baños y con ello un color perfecto también en verano. Nada mas alejado de lo lógico, muchos clientes protestaban por la tardanza en la entrega, con lo que teníamos que seguir trabajando a las velocidades corrientes aunque, por la razón expuesta, la calidad fuera inferior; por mucho que se explicaba el tema, el cliente seguía protestando por el aumento en el tiempo de entrega.

Con relativa facilidad, llegue a la conclusión de que, lo que realmente sucedía es que éste (el cliente) no distinguía entre una buena calidad de color y otra mediocre...En esta tesitura, se explicaba el que tuviera una gran ventaja el trabajo mal realizado pero de forma rápida , frente al honrado , cuidado y controlado. Esto sigue sucediendo en la actualidad, pero ahora de forma masificada; todos ellos (los clientes) creen estar mas preparados ya que tienen cámaras, ordenadores y "potochop" en casa...y, entre muchos de los fotógrafos actuales, la honradez y profesionalidad brilla por su ausencia...

En este tema, en estas y aquellas condiciones , el cliente casi nunca lleva la razón...