¡Que cruz!

No hay manera de que podamos hacer las cosas como otra gente: de forma sencilla y sin problemas. Nosotros, en cada cosa, con cada tema, en cada situación, nos encontramos con una realidad que no nos gusta e intentamos adaptarla a nuestras vidas según nuestro criterio. ¿Alguien puede imaginar lo que supone esto, en todas y cada una de las cosas que se tocan?

Algunos, estoy convencido, pensaban que mis adaptaciones de ópticas, mis sistemas de limpiezas de sensores..., mis teorías y prácticas de predicción metereológicas, son algo transitorio y puntual. Pero no, lo nuestro (también Estella esta contagiada) es una enfermedad que resulta más un martirio, que algo de lo que vanagloriarse; no nos deja vivir en paz... ¡Que cruz!

Y mira que hemos intentado ser como la gente normal; ver algo, y que te guste como está, sin cambios ni adaptaciones; sin inventos... ¡Que cruz nos ha tocado vivir!
Absolutamente en contra de la opinión general (también en esto) ¡no puedo ni imaginar el sufrimiento que debió ser la vida de Leonardo, o la del mismo Picasso! ¡Que tremenda cruz!