Resulta sorprendente el tener que realizar un trabajo, hacer un mínimo estudio previo, llegar a una conclusión respecto a la luz necesaria para su mejor resolución, acostarnos y, a la mañana siguiente, encontrar las condiciones metereológicas idóneas para realizar el reportaje...; esto es lo que nos ha pasado con el último trabajo
Y es que, siendo un interior con infinidad de cristal, la entrada del sol por sus aberturas, montaba tal lío de reflejos y manchas, que la obra perdía mucho de su carácter confundida por el ruido de tanta sombra, reflejo y mancha de sol ....
Ejemplo de arquitectura de cristal donde el sol, las sobras y la propia luz, se transforman en "ruido"... |
Y apareció la niebla que nadie esperaba. Y lo que el día anterior era ruido indefinido, se transformó en volúmenes perfectamente identificables para poder realizar imagenes límpias.. ¡Un descanso para el operario, pese a las duras horas de Photoshop que nos esperan en el procesado!
Y es que en pocas ocasiones se dispone de la luz necesaria para realizar el trabajo de la mejor forma posible. Y es aquí donde empiezan las diferencias profesionales: unos, esperamos a que se den aquellas, mientras otros lo hacen lo mejor que pueden con las que se dan, en ese día... Naturalmente no es lo mismo, aunque el cliente nunca aprecia la diferencia mientras no pueda comparar físicamente los dos trabajos; además, el primero utiliza un tiempo muy superior para realizar supuestamente lo mismo que el segundo...
En este caso, hubo niebla cuando se necesitó (interiores) , y sol cuando fue necesario..; esto no sucede todos los días...
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