Aunque ha amanecido un día completamente gris, a las 7 no llovía y por lo tanto nos hemos decidido por la bicicleta de carretera sin guardabarros.
A las 8,30 ya estábamos en ruta, preparados para la lluvia y el frío. Se demostró a los pocos quilómetros que la preparación contra el frío era completamente necesaria.
Tras subir una colina, apareció de fondo una cortina muy densa de lluvia que tras un par de kilómetros se demostró que venía hacia nosotros. Resultaba curiosa por la alta densidad que presentaba. Mas tarde se llego a entender esta tremenda densidad como consecuencia de portar polvo de desierto que, en los primeros chaparrones, nos dejo toda la ropa empapada en barro amarillento.
Nos dimos la vuelta, y conseguimos llegar a Alcobendas antes de que las nubes descargaran intensamente. Solo fueron 25km recorridos, pero contentos de no habernos empapado con ese potente aguacero; nada que no pueda arreglar un buen café calentíto y una buena porra en el bar de siempre.
Mientras desayunábamos, regresaban varios de los grupos que nos habíamos cruzado por el camino. Se les veía absolutamente congelados y empapados por la lluvia. Hoy ha sido un día muy gris en el camino.
Otra de mis compañeras de carretera |
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