Desde mi submarino (15). Tras las vacaciones

He llegado agotado de las vacaciones. Me queda claro que yo ya no puedo hacer lo que antes hacía y me he de tomar las cosas algo mas tranquilas aunque, tambien es cierto, que mi condición física es penosa y he de mejorarla con urgencia.

La sospresa ha sido que pese a que mi plantación interior estaba muy desmejorada (no así la exterior), me he encontrado con un par de tomates nuevos (uno de ellos dudoso), tras la últimas pruebas de polinización, que había realizado. Ya solo queda la calefacción y unos cambios importantes en la estructura del huerto y creo que esta todo resuelto para tener unas buenas cosechas interiores. He de confirmarlo pero, ¡¡me ha costado casi seis meses el dar con las claves del camino de este asunto!!...

En mi busqueda de calefacción para mi plantación, me he encontrado con que los infrarojos que ahora venden son de una calidad pésima. Los plásticos de bajas calidad, es la norma habitual y, ya se sabe, que plásticos y calor es mala cosa. He de buscar en tiendas de segunda mano, antiguos reflectores de infrarojos, completamente metálicos para poder colgar del techo; los actuales estoy convencido que no aguantan sin peligro serio de fundirse a poco que los mantengas encendidos unas largas horas. De nuevo he de tunear algo. Pero ¿no podré encontrar las cosas a la primera como todo el mundo? ¡Que tabarra!

Esto es lo único que he encontrado a precio razonable, que emita calor desde zonas altas. El resto parecen pensados solo para pared y no para colgar del techo...

Parece ser que el Ayuntamiento subirá fuertemente las tasas de aparcamientos para los residentes. A este paso tendremos que deshacernos del coche pese a que ya solo lo utilizamos para viajar... 

Cuando les cuento esto a mis amigos de los pueblos de Galicia, no terminan de creerlo: pare ellos no tener coche propio es inconcebible y en su caso, sería la muerte social y profesional asegurada... Para nosotros, dentro de la ciudad, es un incordio mas que otra cosa y, salvo para viajar, no nos es necesario en absoluto, por lo que, ante el menor problema, tiene todas las cartas para deshacernos de él; a estas alturas, uno ya no puede tener gastos inútiles

Parece ser que los productos catalanes,  a partir de ahora y para diferenciarse del resto de  los españoles, empezarán por 15 en la numeración del codigo de barras, en lugar del 84 habitual para productos fabricados en España. No termino de entender las razones de este cambio, pero me temo que muchos se van a poner contentos. Ya, aunque escondan la procedencia en el interior, como hasta ahora, se podra localizar facilmente por el comienzo de la numeración en el citado código. Claramente esto es un mal asunto para los productos fabricados en Calaluña pero sus políticos, que parecen estar muy contentos, opinan lo contrario. ¡Otra burrada mas de nuestros analfabetos mandatarios! ¿Será obligatorio en algún momento que, al menos, tengan algún estudio o profesión conocida? Creo que esto tendría que aparecer como obligatorio en nuestra Constitución...