domingo, 13 de mayo de 2018

Diario de un hortelano urbano (234). Lechuga, Epilodium y Celedonia

Tal y como había dicho en una entrada anterior, este año las lechugas (y en general todo el huerto) es un auténtico desastre que no podre arreglar ya hasta Junio-Julio y reorganice toda la plantación. En cualquier caso, la plantación de lechugas ha sido desastrosa y solo he conseguido, al contrario que otros años, lechugas pequeñas y que se espigan rápidamente. Supongo que ha sido esta primavera extraña, consecuencia de los bruscos cambios de temperatura del cambio climático o un cambio de proveedor gallego que, en el caso de las lechugas,  puede ser la consecuencia de una clase de batavia, que no se de bien en Madrid...

Este año, casi no hemos podido comer lechugas nuestras; estan muy pequeñas y ya se estan espigando
Lo que va muy bien es el huerto interior con plantas medicinales. Tal es así, que hemos pedido más variedades y estamos ya recogiendo hojas y reproduciendo esquejes. De Epilobium, pedimos un par de plantas y ya tenemos cinco creciendo a toda velocidad; eso es lo bueno de la iluminación artificial y el calorcito del interior.

Pequeño esquejario de Epilobium y Celedonia
Segunda minicosecha de Epilodium, destinada al secado para infusiones

Desde hace ya unos días, por las noches pongo el Convair apuntado al huerto para bajar la temperatura nocturna y dotarle de alta humedad. Gracias a eso, he conseguido controlar muy bien la invasión de mosca blanca que había comenzado con los tomates y se había extendido a los pimientos. No he terminado con ellas, pero estas muchísimo mas comedidas.

Y tenemos cinco plantas de Epilodium que van creciendo a toda velocidad. En primer termino una rama de Celedonia

Tanto con el Epilodum como con la Celedonia, ya he empezado a tratarme mis dolencias. El Epilodium como antiinflmatorio de próstata (que funciona muy, muy bien) y la Celedonia para eliminar un comienzo de cataratas que tengo, y bajar unas dioptras de presbicia (esta por demostrar, pero no tengo nada que perder y son cientas las referencia de enfernos, que así lo atestiguan)


He adquirido otra guía clásica de plantas, con la que mi biblioteca sobre el tema sigue aumentando... El problema de los libros en mi casa, es que ya no hay donde meterlos y por lo tanto tendre que desalojar algunos profesionales, que regalare a algun amigo arquitecto. A mi, ya se me ha pasado el arroz para tener una gran biblioteca sobre mis trabajos en el campo de la arquitectura, acupando espacio; mi curriculum, a mi edad, esta ya más que amortizado.




- Diario de un hortelano urbano (100).
- Diario de un hortelano urbano (120). "Compostaje" en un piso de ciudad
- Diario de un hortelano urbano (140). Desecadora de alimentos
- Diario de un hortelano urbano (150). El otoño, el huerto y la jubilación
- Diario de un hortelano urbano (160)Rentabilizar la calefacción del huerto (2)
- Diario de un hortelano urbano (170). Pruebas de consumo eléctrico (4)
- Diario de un hortelano urbano (190). Desinfección del sustrato (2). La cuarentena
- Diario de un hortelano urbano (210). Desecados de la huerta y embutidos
- Diario de un hortelano urbano (220). El verano que se acerca
- Diario de un hortelano urbano (225).  Lechugas y limones 
- Diario de un hortelano urbano (226).  Radiación invisible y mortal 
- Diario de un hortelano urbano (227).  Polinizadores y plant. medicinales
- Diario de un hortelano urbano (228).  Plantas medicinales. La farmacia en el salón
- Diario de un hortelano urbano (229).  Huerto medicinal y radiactividad de alimentos 
- Diario de un hortelano urbano (230).  Epilobium parviflorum  
- Diario de un hortelano urbano (231).  Nuevas plantas medicinales 
- Diario de un hortelano urbano (232).   iPhone 6S 
- Diario de un hortelano urbano (233).   Generador eléctrico 
- Diario de un hortelano urbano (234).   Lechuga, Epilodium y Celedonia 
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