jueves, 2 de diciembre de 2010

¡Porca miseria!

Es evidente que en este país trabajar bien, es la cosa mas ruinosa que puedes hacer. Como ya he comentado en muchas ocasiones, son los propios clientes los que te piden, de una u otra forma y sin darse cuenta, que lo hagas mal; en la práctica quieren ser engañados por un pseudoprofesional "chapucero de lo oculto", y no hay manera de convencerles de que eso, precisamente, no va en su beneficio....

Y algunos, por nuestra formación familiar (que de ningún modo académica, como bien he comentado en otras ocasiones) nos empeñamos toda la vida en lo contrario.
Esto, que resulta ser la excepción y no la regla, se puede llegar a malinterpretar precisamente con lo contrario: "este me quiere dar el clavo, con la cantidad de cosas raras que me esta contando"....
Y desde luego, en esto último, no le falta razón pues el ser honrado profesionalmente, en este país, resulta raro de cojones.

Difícilmente solemos encontrar demasiada motivación para seguir en nuestro empeño pero, de vez en cuando (muy de vez en cuando) el seguir esta durísima e incomprendida línea, tiene sus pequeñitas recompensas: ayer, con urgencia, en mi claro beneficio y a las 9,30 de la noche, vino a tasar mi piso un arquitecto contratado por el banco de los compradores...
Sabido es la avalancha de ventas que, como consecuencia de la eliminación de las desgravaciones fiscales a partir del primero de Enero del 2011, se están produciendo (esto, desgraciadamente, no es más que una pequeña isla en un desierto). Por ello, existe cierto atasco en todo aquello que tiene que ver con la venta de un piso, incluidas las tasaciones.

¿Que sucedió para que este compañero ya mayorcito, se dignara a trabajar a esas horas y con esa urgencia? Pues, ni más ni menos, que al leer mi nombre, me reconoció ya que fue alumno mío en la ETSAM en su último año de carrera, hace veinte años.

Hay cosas que no se olvidan nunca pese a la cantidad de años que han pasado, me comentaba con agradecimiento...

Y la verdad, para una alegría que me dan de Pascuas a Ramos ( y de Ramos a Pascuas) por el trabajo bien realizado y sin concesiones , bien merece la pena regocijarse un poco:
Aquel esfuerzo, alguno lo supo aprovechar y veinte años después lo recuerda y sigue agradecido por ello; no todo es "porca miseria" como aseguraba Van Gogh en su muerte...

2 comentarios:

  1. Hola Javier

    Estamos totalmente de acuerdo contigo. ¡Qué complicado es hacer las cosas medio bien! En demasiadas ocasiones, el cliente no ve más allá del precio y los plazos.
    También es cierto que dada vez se tiene menos dinero y hay más gente (dudosamente capacitada) ofreciendo servicios, en principio, similares a otros profesionales más serios.
    Realmente, cada vez es más complicado distinguir la paja del grano.

    Más vale que, como bien comentas, de vez en cuando llegan pequeñas alegrías que parecen caer del cielo!

    Felicidades por la entrada.

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