Martes 29

Cuatro de la mañana. He despertado sin sueño, como ahora me sucede en casi todos los días del año. Ha de ser la edad, pero cada día duermo menos y trabajo más ante el ordenador en las horas nocturnas.

Ayer,  prácticamente no vi la luz del día en toda la jornada pues corría prisa terminar un reportaje y, además, estar muy pendiente de la bolsa dada su gran volatilidad.

Tras muchas horas sin levantarme de la silla (mejor no pensar cuantas) terminé absolutamente agotado. Me resulta sorprendente la capacidad de recuperación que he tenido en tan pocas horas. Justo lo contrario que me sucedió el sábado que, tras recorrer en bicicleta 55 km,  el cansancio llegó a ser tan extremo que no había forma de recuperarme mínimamente; me han estado temblando las piernas hasta bastantes horas después... 

Al menos he conseguido ya los 55km sin grandes sufrimientos, aunque me queda mucho hasta equipararme a la frescura que tenía, tras los más de 125km,  hace cuatro años...

Entre intento e intento por conciliar el sueño, me encontré con un partido de "pelota vasca" que conseguí ver completo. Junto al ciclismo y el remo, creo que son los deportes que más me interesan, aunque aquí en Madrid, no suelo encontrarlos en TV casi nunca...

Creo que existe un paralelismo entre mis gustos deportivos y profesionales. De alguna forma tienen algo de estáticos y tenaces; de ensoñadores e imaginativos; individuales y de colaboración. 

La visualización que se ha de hacer (en fotografía de arquitectura) de lo que se ha de trabajar en un reportaje; la medida que se ha de visualizar hasta llegar al fin, no es muy distinta que la necesaria para realizar una marcha ciclista. En una y otra, pese a que puede ser realizada en colaboración, ésta no es imprescindible, llegando a convertirse en algo libre, independiente y absolutamente individual. Son actividades absolutamente libres en las que no dependes de nadie para llevarlas a cabo pero que, de hacerlo en colaboración, los resultados pueden ser absolutamente distintos...