Últimamente escucho con cierta continuidad que eso de citarse a uno mismo, es pedante y de mala educación. Pues he de ser muy mal educado cuando me resulta más útil citar, que repetir; citar, que explicar de nuevo con otras palabras lo ya explicado o comentado en otra ocasión. Ha de ser que el ser práctico, es de mala educación.
Sin embargo, parece de buen gusto decir: "como les digo a mis alumnos..."; "como digo en mis clases"...Esa autocíta, según parece, resulta del buen gusto general....
La verdad es que la inmensa mayoría de estas absurdas costumbres de este personal, me resultan absolutamente insoportables... Es de un provincianisto tan histórico ya, que tendríamos que estar acostumbrado a semejantes memeces. Pero realmente, tras cincuenta y ocho años de vida, sigo sin poder pasarlo por alto ¡Que paletos que somos!
Y es que tras asistir a varias entrevistas muy dispares, que van desde el cine hasta la economía, en todas ellas el autor se autocita pidiendo perdón por la mala educación de hacerlo ¡Serán paletos! ¿Que complejo nacional tendrán incrustrado para sentirse así?
Cuando salí de mi operación cerebral (que fue absolutamente similar a la que realizaron a Alberto Contador) algunos conocidos me decían que dijera que mis cicatrices provenían de un accidente de tráfico. Parece ser que a algunos les averguenza el tener cicatrices de una operación y éstas, además, son de inferior calidad que las producidas por un accidente de tráfijo; éstas últimas, según parece, son más elegantes...
De igual manera, me aconsejan que no comente que ahora, ademas de trabajar en la imagen de arquitectura, también intento trabajar como trader invirtiendo en bolsa. Ha de ser que es algo tan poco elegante como mis cicatrices...
Y es que en este país no hay nada como aparentar, molestar al prójimo en cualquier circunstancia o hacer el estúpido de casi cualquier cosa; con ello, según parece, se sienten muy elegantes...
Cuando salí de mi operación cerebral (que fue absolutamente similar a la que realizaron a Alberto Contador) algunos conocidos me decían que dijera que mis cicatrices provenían de un accidente de tráfico. Parece ser que a algunos les averguenza el tener cicatrices de una operación y éstas, además, son de inferior calidad que las producidas por un accidente de tráfijo; éstas últimas, según parece, son más elegantes...
De igual manera, me aconsejan que no comente que ahora, ademas de trabajar en la imagen de arquitectura, también intento trabajar como trader invirtiendo en bolsa. Ha de ser que es algo tan poco elegante como mis cicatrices...
Y es que en este país no hay nada como aparentar, molestar al prójimo en cualquier circunstancia o hacer el estúpido de casi cualquier cosa; con ello, según parece, se sienten muy elegantes...
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