Cumulos y archivos

Hoy toca aprovisionarse de aceite y vino para unos cuantos meses. Y nada como Valdilecha para hacerlo: el aceite de oliva de su cooperativa, es algo absolutamente extraordinario; el de su vino (bodegas Orusco), el mejor sin duda de todos los vinos (que saben solo a vino)  que he probado en los últimos años. Y es que, en el vino que sabe a vino (nada de madera, frutos salvajes, aroma de los bosques y similares cosas...), poco se puede camuflar que no sea su calidad y este de Orusco (especialmente el mas sencillo) es "cosa fina". Tengo ciertas esperanzas que sigan teniendo existencias antes de que en Septiembre -Octubre saquen la nueva cosecha (la del año pasado es extraordinaria).

Observo mi mesa de trabajo mientras escribo estas líneas y creo que un historiador se lo pasaría en grande: se han ido acumulando papales, libros y objetos a lo largo del ultimo año y medio, y casi ya no dispongo de sitio para teclear o mover el "ratón"... Me resulta sorprendente pero, haciendo memoria, creo que siempre he tenido tendencia a este desastre; lo curioso del caso es que me encuentro a gusto en él... Claro que en esta ocasión he de hacer algo al respecto, tal es el cúmulo que ya presenta...

Soy muy ordenado y siempre lo he sido, pero también es cierto que mi orden es absolutamente personal y no suele coincidir con el estándar. El problema es que mi actividad profesional necesita de ese orden estándar para poder ser operativo y, por ello, hace muchos años que solo con los archivos de imágenes he tenido que serlo a la fuerza. 

Creo que fui de los primeros en empezar a catalogar y digitalizar mi archivo de arquitectura (al menos, de los compañeros de mi entorno mas cercano) y lo que en un principio fue un engorro al tener que dedicarle muchas horas sin cobrar, con posterioridad y gracias a los derechos de autor, le pude sacar una buena rentabilidad que incluso me ayudó a pasar dos profundas crisis nacionales. La informatización del mismo la comenzamos en el año 89-90 con un IBM 286 y seguimos hoy día con un moderno iMac. Es tal la cantidad de imágenes que disponemos de arquitectura española, que seguimos día a día en la ardua tarea 22 años después ¡Lo que daría yo por librarme de los muchos archivadores que todo lo inundan!

Últimamente tengo serias tentaciones de deshacerme de este cúmulo de "historia" que a casi nadie le interesa y que no creo poder sacar rentabilidad,  vistos los derroteros por donde va la profesión...