No es que crea en estas cosas, pero a veces me da por pensar que tendríamos que tener ciertas precauciones, como consecuencia del empobrecimiento progresivo al que estamos sometidos.
El caso de Venezuela, con la ausencia de productos básicos de alimentación e higiene, puede ser un aviso de la posibilidad real no tanto de un supuesto fin de la civilización, pero sí del deterioro de los suministros básicos ante los cambios en los ámbitos políticos y económicos de una sociedad capitalista, ciertamente agotada…Resultarán inevitables los desajustes en la organización, como consecuencia de los grandes cambios que nos esperan
¿Y que podemos hacer la incipiente clase baja que vivimos en las ciudades? ¿Como defendernos de los altos precios y la falta de suministros?
En la práctica, y con independencia de las ideas políticas o económicas de cada uno, el desabastecimiento básico para las clases populares en nuestro país, puede ser absolutamente real y, al menos para mi, muy preocupante...
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No resulta una mala idea, hacer un plan mínimo de subsistencia ante esta posibilidad absolutamente real.
Y para ello, lo primero que hay que tener muy claro es que, la gran mayoría, ya no somos clase media; estamos en vías de transformarnos en clase económica baja y por lo tanto, estos problemas nos afectarán de lleno.
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