No puedo rechazar la idea de que mucho de lo que me sucede, de mis experiencias, lo llevo viviendo durante muchos años; practicamente desde los primeros momentos que recuerdo. También en mi imagen arquitectónica descubro, pese a mi intención racional de convertirme solo en un artesano, que las mismas obsesivas ideas, las mismas reiteradas imágenes, los mismos sentimientos del vacío, estan presentes de una u otra forma, en todas y cada una de ellas.
Desde aquella visión, desde la casa de mi abuela, del puerto en Gijón, Luarca, San Sebastián ¡quién sabe donde!...(no tengo familia a quién preguntar), donde los barcos de carga estaban varados en sus muelles mientras los perros los recorrían una y otra vez en busca de no se sabe qué, he buscado de forma inconsciente esa dicotomía entre el movimiento y lo estático; la figura humana y el vacío; la luz y la profunda sombra; la soledad, en medio de la inmensidad...
Es por eso, estoy convencido, que la estática imagen de arquitectura me atrae, me ha atraido siempre.... Creo que he pasado mis 57 años buscando el no se sabe con certeza qué, de aquellos perros que pululaban por las cubiertas de los barcos en el puerto de Gijón, Luarca, San Sebastián o ¡quién sabe donde!; ya no tengo familia a quien preguntar. Me siguen ensimismando las mismas visiones y los mismos sentimientos. Los sigo persiguiendo, en una carrera un tanto extraña...
Desde aquella visión, desde la casa de mi abuela, del puerto en Gijón, Luarca, San Sebastián ¡quién sabe donde!...(no tengo familia a quién preguntar), donde los barcos de carga estaban varados en sus muelles mientras los perros los recorrían una y otra vez en busca de no se sabe qué, he buscado de forma inconsciente esa dicotomía entre el movimiento y lo estático; la figura humana y el vacío; la luz y la profunda sombra; la soledad, en medio de la inmensidad...
Es por eso, estoy convencido, que la estática imagen de arquitectura me atrae, me ha atraido siempre.... Creo que he pasado mis 57 años buscando el no se sabe con certeza qué, de aquellos perros que pululaban por las cubiertas de los barcos en el puerto de Gijón, Luarca, San Sebastián o ¡quién sabe donde!; ya no tengo familia a quien preguntar. Me siguen ensimismando las mismas visiones y los mismos sentimientos. Los sigo persiguiendo, en una carrera un tanto extraña...
Similares sensaciones están en la exposición de Juan Carlos Lázaro aquí:
ResponderEliminarwww.galeriajuangris.com
Saludos.
Paco.
Francamente interesante. Gracias Paco
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