Puentes de madrugada

- Ya estoy posicionado en la austeridad y, si esto carbiase, si fluyera de nuevo el dinero y la actividad a esta profesión, conmigo que no cuenten, yo ya paso de todo eso pues seguiré posicionado en ella; a mí no me pescan en otra... ("a mi no me engañan de nuevo", estoy convencido que quiso decir...) L.C.

- La circunstancia real, es que vivo continuamente en mi infancia, deambulo por los oscuros cuartos, paseo por las silenciosas calles de mi pueblo, estoy delante de la casa de verano escuchando el inmenso abedul. Me desplazo en cuestion de segundos. En realidad vivo continuamente en mi sueño y hago visistas a la realidad. I.B.

De nuevo atascos gigantescos en las carreteras, gentío desplazándose hasta llegar al nuevo atasco que se dará en el pueblo, el campo o la playa de moda. Ha llegado el "puente" de turno, y Madrid queda mucho más "cercano". Pocos vecinos parecen quedar en mi edificio. Se respira silencio por todos lados; ¡por fin! ya se han marchado al campo...

Y yo en este "puente" seguiré soñando desde Madrid en el campo, la mar y la montaña en un continuo y agradable sueño de paisajes vacíos y horizontes de juventud...Y de regreso a la realidad, el trabajo me transportará de nuevo a otros de imágenes y visiones, en un navegar continuo por esos mundos cercanos donde no hay puentes sino ríos, donde poder mojarse al cruzar.

Rafael Moneo. Arquitecto. Ampliación del Museo del Prado. Madrid
Puertas de acceso de Cristina Iglesias. Estella García y Duccio Malagamba
dan la escala al asunto.

Comentaba el otro día con mi compañero y amigo Lluis Casals, lo mucho que ha cambiado la supuesta "estética" de la imagen. Al ver ésta de la ampliación del Prado, me he acordado de ello...
Antes, en la etapa analógica, la gran mayoría de angulares rélex producían ciertas aberraciones geométricas en barril (las rectas son curvas convexas, mas acusadas cuanto mas al borde de la imagen se presenten).

Los profesionales que entonces trabajábamos con el mejor material réflex posible (Hasselblad, por ejemplo), este efecto no era posible evitarlo completamente. Con óptica de calidad, era tan ligera esa curvatura que nadie la notaba y de hacerlo, no resultaba molesto. Esos pequeños defectos de las ópticas réflex, estaban perfectamente asumidos y admitidos en favor de otras características mas importantes como la resolución y el contraste.

Lo curioso del asunto es que ahora, con la imagen digital y su posibilidad fácil de corrección, llama mucho la atención, según parece, y podríamos decir que resulta ya casi inaceptable...
En muchas ocasiones muchos aficionados, en la Red, me han acusado de publicar imágenes con "barril", como es el caso de ésta del Museo del Prado.

Si, reconozco que ya que es posible su corrección, ha de hacerse pero, en muchas ocasiones, esas aberraciones no me importan en absoluto; ha de ser que estoy formado en un mundo óptico imperfecto y, por ello, le doy mucha más importancia a otros asuntos de fondo. Son estos "fondos" los que ahora se están minimizándo casi completamente...