martes, 29 de mayo de 2012

Fotografía de paisaje (2)

Monopiés y Trípodes


Es importante conseguir un tripode ligero, con poco volumen al plegarlo,  pero siempre con una altura suficiente y la estabilidad necesaria para trabajar con calidad y comodidad.  El tripode Benro, cumpliendo sobradamente esas características, forma parte de un nuevo diseño en el que gracias al nuevo concepto del plegado (en dirección a la cabeza y no al contrario, como suele ser lo corriente), se consiguen tramos mas largos y  en mayor número, consiguiendo, por ello,  alturas sorprendentes para su minúsculo tamaño plegado. Existen modelos con el mismo diseño realizados en fibra de carbono que , aunque caros, son los ideales para esta actividad por su muy reducido peso. En la imagen, soportando un peso considerable, al montar una Canon 5D MarkII y un Pentax FA 24 F:2


Es algo imprescindible, que un trípode destinado a ser transportado por muchos kilómetros por terrenos no siempre cómodos (normalmente encima del operario), ha de tener poco volumen y poco peso. Esto, hasta hace bien poco,  era sinónimo de inestabilidad y vibraciones casi aseguradas salvo que se tuviera un cuidado exquisito.

El sentido común en el diseño, los nuevos materiales (fibras de carbono y aluminio rebajado) y elementos externos que los compleméntan , han hecho que estos instrumentos tengan ya casi la misma seguridad que los trípodes mas grandes y pesados destinados a trabajos mas estáticos

Empezaron con aquellos destinados a soportar grandes cámaras técnicas donde para equilibrarlos se colgaban pesos en la barra central. De esta forma se lograba un compromiso entre peso del material a soportar, peso del trípode y estabilidad conseguida

Ésta es una de las soluciones que han adoptado muchos de los más ligerísimos de viaje, en los que se ha dispuesto un gancho central en la barra telescópica de la rotula, donde se puede colgar como sobrepeso, incluso la bolsa de transporte del material fotográfico, consiguiendo con ello una gran comodidad de trabajo (casi una mesa de trabajo) además de una estabilidad grande.

El cambio en el diseño de plegado (ahora, orientado hacia  la rotula) han hecho que los tramos puedan ser de mayor tamaño y, por ello,   disponer un mayor numero de ellos.  Por lo tanto, se consigue un inferior volumen a igualdad de altura tras ser desplegarlo.

Tanto los de aluminios rebajados en peso (gracias a los nuevos diseños de pliegues, o de orientación de fibras por capas, que aumentan su resistencia), como los nuevos materiales de fibra de carbono, han hecho disminuir su peso de forma muy importante.

Por  todo lo mencionado, ahora disponemos de una serie de trípodes para el paisaje, cada vez a menor precio, que no podríamos ni soñar hace unos pocos años...
Monopié sencillo Manfrotto, utilizado para la creación del trípode de cuerdas. Es importante montar la punta de acero escamoteable, que nos garantiza un buen agarre en terrenos con mucha vegetación y/o  humus. En ellos, es muy fácil que se den vibraciones si no se clava directamente en la tierra

Minúsculo tamaño del trípode Benro una vez plegado. Pese a estar realizado en alumino, su peso  es muy aceptable para la marcha por la montaña. Una de las características más interesantes es su sistema de sujeción con bloqueo a rosca de cada tramo: mucho más seguro y duradero que la típica presílla de plástico, con tendencia a partirse o agrietarse ante cualquier golpe. Una buena cabeza (con posibilidad de medición de ángulos y por lo tanto ideal para la realización de grandes panorámicas), completará este instrumento fundamental para esta especialidad.


En fotografía de paisaje, resulta de suma importancia tener la cámara montada continuamente en el tripode. Por ello,  hay que sujetar a la columna central del tripode, con un cordel fuerte, la base de la cabeza para evitar errores de anclaje y caídas de la cámara  ante esfuerzos intensos por terrenos difíciles.
Antiguo tripode de viaje, montado con el cordel que asegura la base de la cabeza  mencionado en el pié de foto de la imagen anterior.











- Madrid ha sido la única autonomía que cumplió el objetivo de déficit en 2011,  pese al desvío final registrado
- En el segundo trimestre del año, seguimos en recesión

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