¿Que tendrá la mar para mi, que no tiene la tierra?. ¿Que sentido hipnótico me produce, que siempre la estoy añorando?…
Me desprendí de mi apartamento de Noja pues, entre otras razones, aquel no era mi mar. Ese pueblo artificial tenía muy poco de auténtico y que por sus moradores, aquello tampoco era mi lugar.
Siempre hay un rincón marino en mi lugar. Cual marinero en tierra, me rodeo de objetos que traigan olores y recuerdos a la mar |
Con todo y eso, no paro un solo minuto sin rememorar muchas de aquellas imágenes de invierno; muchas de las sensaciones de marejadas y espuma que se mezclan con imágenes de mi juventud en mares y tierras auténticas; imágenes de las Asturias y Galicias vírgenes, donde la gente se acercaba al mar a buscar el sustento o, como unos pocos , disfrutar de aquel paisaje solitario y salvaje.
Y sigo conservando de cada lugar, objetos que en algún momento pertenecieron a ese mar; ellos me transmiten ese olor a salitre y espuma que tanto me falta ahora.
Dos cargueros en el faro. Apuntes para no llorar |
He de regresar a esas tierras auténticas, vedadas para la gran mayoría de la gente. Necesito respirar de nuevo salitre con olor a algas y playa desierta; monte húmedo con sabor a helechos y toxo; sentir de nuevo a las meigas y al trasgu a mis pies…
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