jueves, 1 de enero de 2015

Sugerencias para el año 2015

Pese a que algunas de sus ideas no son santo de mi devoción, sí otras muchas que en su conjunto creo son un buen bagaje de sabiduría y buen hacer. Copio y pego aquí, la gran mayoría de las recomendaciones para el año que entra, de Cesar Vidal.

Siempre tengo la sospecha de que lo mejor, lo abandonamos siempre en el fondo.
Apuntes para no llorar


Diez sugerencias para el nuevo año.

1. No esperemos grandes avances. Este es un año electoral y nos vamos a hartar de escuchar promesas pronunciadas por gente que no pierden nada anunciando que pondrán la luna en nuestras manos y por otros que ya han demostrado que no cumplen su palabra. No esperemos, por lo tanto, mucho… y tampoco seamos tan necios como para creerlos. Yo, personalmente, a alguien que prometió bajar los impuestos y los ha subido más de cincuenta veces me costaría hasta darle los buenos días en el temor de que tenga que pagar alguna tasa por ser educado. En cuanto al voto, pueden esperar sentados. Desde luego, con el mío que no cuenten. 

2. No derivemos a los demás nuestros problemas. Cualquiera que conozca la Historia de nuestra nación sabe de sobra que las situaciones difíciles rara vez han sido solucionadas desde el poder. A decir verdad, hemos estado de suerte cuando las castas privilegiadas no han deteriorado más la situación. Por lo tanto, seamos realistas y no esperemos de otros la solución de nuestros problemas. O nosotros comenzamos a actuar o no encontraremos nada. 

4. No permitamos que el resentimiento anide en nuestro corazón. Entrando en el octavo año de crisis, no es fácil que nuestra alma no tenga varias heridas y que además supuren y se resistan a cicatrizar porque no se ve la salida del túnel aunque algunos canten la luz brillante que, supuestamente, acaricia todo a su paso. Con todo y con eso, el rencor sólo sirve para anular nuestro criterio. Nunca para mejorarlo. Desechémoslo totalmente. 

5. Aceptemos que el perdón es saludable. Con lo pasado y lo que nos queda por pasar, no faltarán ocasiones para ejercer el perdón. A alguno le parecerán palabras vacías, pero perdonar restaura, libera y cura. Incluso nos asemeja a Dios. 

6. No dejemos de trabajar. Con un salario mínimo que ha aumentado en tres euros y con una mayoría de la población que ya quisiera llegar a mileurista es tentador aplicar aquella norma de la Alemania comunista que se expresaba como “ellos hacen como que nos pagan y nosotros hacemos como que trabajamos”. La actitud es comprensible, pero no nos llevará a ningún lado bueno. Asumamos el firme compromiso de trabajar cada día mejor. 

7. No caigamos en el desánimo. Tan absurdo como creer en lo imposible es rechazar que hay metas posibles. Confiemos en que alguna la podremos alcanzar. Si lo que arrojamos en el surco es confianza y fe siempre será más fácil recoger una cosecha decorosa que cuando sólo se ve desesperanza.

8. Quedémonos con lo relevante. No se trata de llenar la vida de años sino los años de vida. Intentemos recuperar aquellas cosas, pequeñas y diminutas, que nos proporcionaron dicha en otras épocas de nuestra existencia. No pocas de ellas además son económicas: pasear, tararear una canción, comentar una película con los amigos, escuchar música, charlar…

9. Recordemos que también tenemos un espíritu. A alguno esta afirmación les parecerá delirante. Están en su derecho, pero la realidad es que ese espíritu es lo único que nos separa de los animales inferiores y que el dedicarnos a cultivarlo nos ayudará mucho en este año que comienza. 


(http://www.cesarvidal.com/index.php/Blog/ver-blog/diez_sugerencias_para_2015)

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