No tengo ninguna duda que, con independencia de nuestra crisis económica actual que agravara muy profundamente nuestro futuro por varias generaciones, las consecuencias del calentamiento global en nuestro país, no traerá mas que un incremento añadido de la miseria, desesperación y un tremendo aumento de la inseguridad.
Muy difícil sera tener un mínimo de seguridad en el campo, donde las fincas de labranza serán asaltadas casi continuamente (hoy en día, ya lo están siendo). Tampoco será fácil, mantener un mínimo de seguridad si vivimos aislados en el campo en un chalet, incluso aunque este se encuentre en una urbanización cerrada; cuanto mas si es uno de los miles de adosados o independientes de clase media, que se encuentran cerca de las grandes ciudades.
Por ello, en medio de esta situación, lo mas recomendable es vivir en un piso de ciudad (otra razón más, para vivir en una gran ciudad tras la jubilación...), aunque éste ha de cumplir algunas características para que sea mínimamente seguro:
1.- Que no sea ni ático, ni bajo
2.- Que no pertenezca a una comunidad de muchos vecinos, donde no se conozcan entre ellos
3.- Que frente a la puerta de entrada, no exista un muro, sino otra puerta que corresponda a otro vecino
4.- Que el edificio este situado en un barrio de clase media baja y no destaque en nada sobre todos los de su zona
5.- Que tenga servicio de portería o, al menos, de conserje
6.-Que la vivienda disponga de puerta acorazada, ventanas con herrajes y cerraduras metálicas (no de plástico) y con persianas también metálicas bloqueantes por el interior.
7.- Que disponga de, al menos, una cerradura "segura" no manipulable...
Con todo ello, no conseguiremos evitar los robos pero si minimizarlos. Y es que si quieren robarte, lo van a hacer y, en la práctica, no hay nada que lo pueda evitar al 100%. Pero hay que hacerles desistir por el trabajo que ello pueda suponer y no por los supuestos sistemas seguros que nos venden las compañías de seguridad.
Ya habíamos estudiado este tema de forma profusa en la serie "La seguridad en el estudio y el trabajo", encaminado mas a su forma profesional, que a la personal. Pero ahora, con la nueva situación presente y futura inmediata, no podemos negar (y máxime en la jubilación), que es mucho mas aplicable que nunca también en la faceta personal. En mi caso, me he limitado a estudiarlo en base vivir en una gran ciudad tras la jubilación, que fue la decisión que nosotros habíamos tomado tras estudiar todos los condicionantes futuros.
Si tenemos un robo en nuestra vivienda, se ha de notar con pruebas, para poder ser demostrado, ante la compañía de seguros, que lo hemos padecido...
Con los sistemas actuales que tienen "los amigos de lo ajeno" (sin ningún tipo de violación demostrable), si no hemos puesto medios para que no puedan utilizarlos (aunque resulta imposible garantizar la ausencia de robo), nuestra compañía de seguros no se hará cargo de ninguna indemnización pues, en la póliza, no existe la palabra hurto (robo sin violencia), sino la de robo (hurto con violencia).
Por lo tanto y si dispusiéramos de un seguro, se ha de procurar que éste actúe sin dudas de ningún tipo (recomiendo la lectura de la serie anterior) con al aparición de todo tipo de pruebas de la existencia de violencia (rotura de puerta, ventana o cerradura). Y para que esto ocurra, no podemos protegernos con elementos corrientes que, hoy en día, no es necesario dañar para penetrar en una vivienda.
En estas circunstancias de dotarnos de buenos (y caros) medios de seguridad no manipulables sin violencia, empieza a ser dudoso la contratación, además, de un seguro de robos, si no guardamos en nuestra vivienda mas que lo habitual que no sean joyas y que, en este caso, nos haría subir mucho la prima de contratación con el seguro (las joyas, puede ser guardadas en una caja de seguridad de un banco).
"Colmenas" de una gran Ciudad. Michael Wolf |
Por lo tanto, el gasto que supone esos sistemas de seguridad, pueden ser amortizados de forma relativamente rápida (bajo una postura completamente lonchafinista), al eliminar el seguro de robo y limitarnos, a un sencillo seguro "de continente" que no supera, en casi ningún caso, los 100 euros anuales.
"La masa" tiene muchos inconvenientes, pero también tiene algunas ventajas. Una de ellas es la seguridad. Siendo uno mas que no destaca en medio de "la masa" de una gran ciudad, con una colmena por vivienda que tampoco sea especial respecto del restos de la ciudad, supone, de hecho, cierta seguridad para sus ocupantes; será solo una cuestión de mala suerte el que pretendan robarte precisamente a ti, cuando tienes tantos iguales a tu alrededor.
En este último caso, las medidas de seguridad han de ser ocultas, basadas mas en cerraduras electrónicas interiores, puertas acorazadas camufladas y alarmas sonoras (sin necesidad de contratar a una compañía de seguros), que de grandes "aspavientos" que te distingan del resto. Para lograr seguridad lonchafinista, uno ha de pertenecer a "la masa", de verdad, y sentirse arropado por ella…
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