sábado, 13 de enero de 2018

Diario de un hortelano urbano (186). Huertos del casco urbano de Madrid. Adelfas

Madrid, 6 de la mañana



Temperatura exterior: 3ºC
Humedad exterior: 91%
Temperatura mínima nocturna del huerto: 18,5ºC
Temperatura máxima diurna del huerto: 27,6ºC
Humedad del huerto: 43%
Horario de iluminación: 4-14horas
Horario de calefacción: 8-12 horas
Consumo calefacción en 4 horas: 1323w


Ayer día 13, al medio día, encendí los nuevos "walkies" y los mantengo en esa forma desde entonces para comprobar la duración de las pilas en espera, que probablemente sea su situación en cualquier salida comprometida, ya que se van a utilizar solo por seguridad. Y es que a partir de cierta edad, ya no se pueden realizar marchas por el monte, aunque sean sencillas, sin un mínimo de precaución ante lesiones o accidentes, y mucho más, si estas son en solitario… Como soy aficionado a la pesca en rompientes de mar o pantanos, también son imprescindibles, creo que a cualquier edad, pues en esos sitios tampoco suele haber cobertura de móvil.


Las pocas pruebas que he podido hacer con ellos, me demuestran tener un alcance considerable con impedimentos graves a su alrededor, como es la ciudad con todas su interferencias, llegando incluso a los 500 metros sin demasiados problemas. Estoy convencido que en campo abierto esta cobertura se multiplica al menos por diez o incluso más. Esto es más que suficiente como medida de seguridad para poder ser localizado en caso necesario. Solo basta con pasear la zona (incluso en vehículo), con la conexión sonora de localización, hasta que el otro walkie responda; ese es el momento de trazar un circulo de cobertura y localización. Si la cobertura del aparato fuera mayor, sería mucho mas difícil de realizar. Una vez más, se demuestra que un "defecto", se puede transformar en virtud…

En unos días, realizaré una prueba real, en medio del monte, para confirmar en un caso real, la bondad del sistema con estos trasmisores casi de juguete…

Visitamos el huerto urbano de Adelfas, situado en un solar del Ayuntamiento de Madrid, parece que son mínimas las ayudas con las que este se sostiene, teniendo cierto aspecto simpático y agradable de un autosugestionado de los años 60.





Cierto es que por la zona donde esta ubicado, yo no me comería nada de lo que se cultive en él, salvo que ese terreno en su día, se sometiera a una descontaminación a fondo cosa que, sinceramente, dudo. En cualquier caso, es una buena iniciativa ciudadana, respaldada desde hace unos años por el Ayuntamiento, como escuela y distracción para aficionados al huerto.


Ya estamos renovando las jardineras de lechugas pero, desgraciadamente, nuestro proveedor madrileño no tiene en esta época Batavia, y lo hemos tenido que hacer con  Maravilla  que no nos gusta tanto. Pero es que en Madrid, está muy marcado el clima y, para cada tipo, comercializan determinadas variedades y no otras. Siempre he dicho que las gallegas se dan mucho mejor que las locales, lo cual me sorprende más cada día más…

Las batavia que traemos de Galicia, se dan estupendamente bien en otoño, invierno y primavera; en verano,  en interior, es un espectáculo verlas.

Vivero de lechugas en Galicia

Hoy realizaremos un cambio en el huerto interior, como consecuencia del crecimiento de tomateras y pimenteras: subir más la iluminación, haciendo que la intermedia (pimenteras), este a 60cm de la planta y no a los 30cm que esta ahora mismo. También a superior altura, las lamparas ampliaran su cono de luz e iluminara mejor la parte baja de las tomateras. Se ha notado un montón la ampliación del horario de iluminación hasta las 10 horas; ya se aprecia un crecimiento mas rápido…

Plantones nuevos de lechuga. Hay también un ejemplar de grelo (primer termino) para realizar un experimento

De igual manera, tendremos que realizar un atado de las tomateras empezando el proceso para preparar a las plantas para bajar las puntas poco a poco, hasta deshacer el camino de trepado realizado hasta ahora, bajando hasta la mitad de la celosía mas o menos. De esta forma tendremos espacio para el crecimiento de la planta y la producción de al menos un año completo.

Ante cualquier operación que hay que hacer en las tomateras, siempre se descubre un "chupón" escondido que hay que eliminar. No hay manera de que no se escape alguno que, una vez crecido da pena cortar. Mas de dos ramas principales (y eso ya es mucho con seis tomateras en este mini huerto) no se pueden dejar pues disminuye mucho el rendimiento de la tomatera.

Chupón de una tomatera




- Diario de un hortelano urbano (120). "Compostaje" en un piso de ciudad
- Diario de un hortelano urbano (140). Desecadora de alimentos
- Diario de un hortelano urbano (150). El otoño, el huerto y la jubilación
- Diario de un hortelano urbano (160).Rentabilizar la calefacción del huerto (2)
- Diario de un hortelano urbano (170). Pruebas de consumo eléctrico (4)
- Diario de un hortelano urbano (180).
- Diario de un hortelano urbano (181).
- Diario de un hortelano urbano (182). Segunda ola de frío y nieve
- Diario de un hortelano urbano (183). ¿Otra Pequeña Edad de Hielo?
- Diario de un hortelano urbano (184). La arquitectura del huerto, es posible
- Diario de un hortelano urbano (185). Contaminación radiactiva del huerto
- Diario de un hortelano urbano (186). Huertos del casco urbano de Madrid. Adelfas
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