El fotógrafo y gran amigo, Jorge Torés, ha sido el responsable de esta imagen de los componentes del curso de Mayo; tenerlo de alumno en esta edición, ha sido todo un honor para mi persona.
Pese a la "gracia" que nos hizo algún "amigo" (afortunadamente, era muy previsible una "gracia" visto su ya conocido y "gracioso" historial), finalmente se pudo cubrir un cupo suficiente. No hay forma de realizar un curso de estas características, con mas de diez alumnos; trabajar de otra forma en la calle, sería un lío tremendo.
Ahora parece que también alguno de mis compañeros "clásicos" se están dedicando a dar cursos. Es una posibilidad que los más jóvenes no han de desaprovechar ¡Ya me hubiera gustado a mi que existieran cursos de esta especialidad cuando nosotros empezamos!
Pero no puedo negar que algo extraño se siente cuando uno se cree precursor, junto a Lluis Casals y Ferrán Freixa, de esta especialidad en España. Pese a que siempre ha sido tradicional que los fotógrafos tocaran en algún momento la arquitectura, solo en estos últimos años ha podido existir esta especialidad a la que poder dedicarse en exclusiva. En mi caso, así llevo haciéndolo desde hace 35 años y pese a que en los últimos tiempos, cuanto mas falta el trabajo, estamos sufriendo los rigores de las envidias nacionales, creo que, al menos en mi caso, no puedo quejarme de los resultados...
Pero lo mas interesante de nuestra trayectoria (siempre , claro, a toro pasado) fue la necesidad que tuvimos de inventarnos unas técnicas y modo de hacer, específicas, para solucionar una profesión que en nuestro país estaba absolutamente "en pañales". Tampoco podíamos adoptar las técnicas y sistemas clásicos que siempre se habían utilizado en la arquitectura como complemento de la actividad de otras especialidades (cámara de banco óptico para trabajar con placas), por una cuestión económica; nuestro país no aceptaba los precios necesarios para trabajar con estos equipos, sin existir derechos de autor y con honorarios mínimos por cada reportaje. Lo nuestro, era algo parecido a un "bodas y bautizos" arquitectónicos.
Pasar de eso, a lo que ha llegado a ser esta especialidad en nuestro país, creo que es un logro que nos lo hemos trabajado de forma muy dura y durante muchos años, y tras haber pasado las estrecheces que solo en este momento se pueden confesar...
Y ahora muchos de los nuevos (algunos, incluso con la carrera de arquitectura realizada), se creen con el derecho de destruir todo lo que se había conseguido en cuanto a dignificar la profesión. Efectivamente están en su derecho de interpretar la profesión de otra manera pero, no seremos ya nosotros los que sufriremos esa errónea postura. Con independencia de la crisis económica y arquitectónica, la fotografía de arquitectura parece regresar de nuevo, e irremediablemente, a las "bodas y bautizos" de la arquitectura, como consecuencia de esa irresponsable postura, del pan para ahora y hambre para el mañana...
Según parece, no soy el único que encuentra en este tipo de actividad docente, un desahogo intelectual en medio de la actual situación de degradación en la fotografía de arquitectura española.
Y ahora muchos de los nuevos (algunos, incluso con la carrera de arquitectura realizada), se creen con el derecho de destruir todo lo que se había conseguido en cuanto a dignificar la profesión. Efectivamente están en su derecho de interpretar la profesión de otra manera pero, no seremos ya nosotros los que sufriremos esa errónea postura. Con independencia de la crisis económica y arquitectónica, la fotografía de arquitectura parece regresar de nuevo, e irremediablemente, a las "bodas y bautizos" de la arquitectura, como consecuencia de esa irresponsable postura, del pan para ahora y hambre para el mañana...
Según parece, no soy el único que encuentra en este tipo de actividad docente, un desahogo intelectual en medio de la actual situación de degradación en la fotografía de arquitectura española.
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