Vila de Cruces. Pontevedra. Galicia |
Resulta bastante triste, comprobar como los pueblos pequeños van muriendo poco a poco. No se si por la coyuntura económica actual, o por la dejadez de nuestro políticos. Es muy probable que por ambas cosas…
Llama la atención en Galicia la cantidad de construcciones nuevas abandonadas y las tradicionales, absolutamente derruidas; una imagen de abandono y desgracia que nos ha ido persiguiendo por cada pueblo, por cada aldea que hemos estado visitando. Ver construcciones realmente valiosas abandonadas y arruinadas , es algo que duele y nos provoca cierta depresión…
Si en su momento ya llegamos a la conclusión de que vivir en un pueblo no es la mejor solución económica para nuestra jubilación, ahora lo podemos afirmar también para nuestro espíritu; no sé como sus habitantes aguantan viendo morir su entorno, de esa manera tan mísera...
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