Poco a poco, a lo largo de la vida, se van olvidando las cosas que en nuestra niñez nos han causado mas impresión y, normalmente, mas placer de entre nuestras vivencias.
Una de ellas, eran las paradas en los largos viajes por carretera; con mis padres, recuerdo nuestras paradas en los viajes a Asturias en determinado lugar de Leon, donde una fuente de agua fresca y unas buenas sombras, nos acogían mientras comíamos lo que transportábamos en una cesta de mimbre. Los platos de plástico reutilizábles y los vasos plegables, los recuerdo que como si fuera hoy mismo. De hecho, comentando esto con unos amigos, un buen día me aparecieron con uno de esos vasos plegables, como regalo; conservaban unos cuantos de la época, pertenecientes a su familia…
Un diseño espectacular y muy ingeniosos. No pierde ni una gota de liquido… Ahora se hacen de silicona |
Desde hace años y con esa intención del descansar en medio del campo, solemos buscar lugares para hacerlo en cada viaje que realizados a Cantabria, Asturias o Galicia (los que realizamos habitualmente varias veces al año).
Otero de Sanabria: un bonito lugar para descansar |
Ahora, con lo generalizado de las autopistas, resulta difícil buscarlos, sin caer en la tentación de los vulgares bares o instalaciones de autopista. Solemos salirnos de la autopista en aquellos sitios que conocemos con posibilidades para localizarlos y, de hecho, tenemos varios donde paramos habitualmente.
En los alrededores de Puebla de Sanabria (de camino a Galicia), hay muchos que merece la pena conocer. Ya no dispondrán de fuente con agua fresca (tampoco conviene utilizarla, por eso de la contaminación silenciosa de las aguas subterránea), pero al menos tienen un bonito paisaje de sosiego y descanso para el cuerpo machacado tras dos o tres horas inmóvil, manteniendo el tipo dentro de un par de metros cúbicos de espacio, que no es más que lo habitable de un coche de tamaño medio.
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