Este fin de semana, de nuevo nos hemos marchado buscando el verde; la cabra sigue tirando al monte...
Pero en esta ocasión hemos realizado casi 1500Km, buscando las tierras de mis ancestros. Tomando como base nuestra casa en Cantabria, creo que he descubierto un nuevo paraíso, en una tierra teóricamente medio virgen aunque, ¡como no!, con influencias del llamado deporte de aventura reinante en la zona de Ribadesella, tras la vulgarización del descenso del río Sella.
Una vez al año, esa magnífica Villa, se transforma en un hervidero de gentes deseosas de juerga, que durante una semana hace que los lugareños escapen horrorizados de ese personal que se les viene encima. Claro que soportar una semana lo que les proporciona el sustento de casi todo el año, queda claro que les merece la pena... Lo que suele suceder con esas fiestas para foraneos, es que lo dejan de ser para lugareños y por ello, estos organizan otras en épocas menos comprometidas para poder disfrutarlas. Tal es el caso de "El día del Aldeano" en Santoña (Cantabria) que nada tiene que ver con las conocidas del carnaval, aunque se menciona como colofón a aquellas. Actualmente, ese día es el auténtico carnaval para sus habitantes habituales , visto la degradación que en las originales ha producido ya el turismo de masas.
Visto y conocido todo esto, creo ya imposible encontrar un lugar absolutamente fuera de las influencias turísticas. En verano, todo esta lleno de gente por todos lados y lo que en invierno promete ser un paraíso, puede ser el infierno en esas calurosas fechas. Hemos de comprobar esta circunstancia en los próximos meses pues, con algo de suerte (me temo que mucha), igual ni se han dado cuenta de aun existe el paraiso terrenal...
Una muy baja densidad de población se da, en esta lugar. Hoy en día resulta sorprendente encontrarlo tan intacto. Es el lugar ideal para escapar de todo y dedicarle el tiempo a uno mismo...
Hay algo que me persigue allí por donde antes he vivido o conocido: los cambios sufridos siempre son a peor; los cambios siempre eliminan el carácter del lugar, transformándolo en otro lugar que ya no es; esto le esta sucediendo también a Ribadesella.
Siendo Ribadesella un pueblo marinero y desde principio de siglo pasado, también de turismo de cierta clase, la historia se respiraba casi en cada calle, en cada rincón de su gran puerto marinero. Y lo que antes era historia, ahora lo están transformando en espectáculo banal para el turismo. De marinero, solo le queda el mar; ya no hay ni barcos de pesca, ni nada del carácter que lo recordaba. Ahora, el paseo del puerto, lo están transformando en paseo marítimo... Y los paseos marítimos son un claro síntoma de que un pueblo marinero, ha perdido su identidad...; es el claro ejemplo de darle la espalda a la mar.... Eso es un tremendo error
Ribadesella, ha de seguir siéndolo pese a que no exista ya suficiente pesca o sus gentes no vivan de la mar. Ribadesella ha sido marinero y ha de seguir siéndolo aunque no pueda vivir de ella. Ha de recuperar urgentemente su carácter marinero, su paseo del puerto, sus diques vacíos..Ha de alejarse del paseo marítimo, del banco "de diseño catalán" y la barandilla de acero inoxidable que entorpece la cercanía con sus orígenes: el agua...De otra manera ¿que la diferenciará de Benidorm, la ría de Bilbao o el puerto de Barcelona ?
La moda de uniformar también el urbanismo, nos esta dejando sin nombres para nuestros pueblos. Da igual el que sea pues cada día se parecen más; unos y otros estan perdiendo su caracter e identidad en pos de una supuesta y vulgar contemporaneidad turística uniformada...
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