lunes, 31 de mayo de 2010

No me gusta lo establecido, por sistema; no me gustan las costumbres...

Por alguna razón que desconozco, tengo problemas con aceptar lo establecido, se trate del campo que se trate. El darle la vuelta, a la ya retorcida "vuelta", es lo que realmente me llama la atención...El ser humano tiene por habitual el no observar, ni investigar, basando su comportamiento siempre en la costumbre. Solo así se puede explicar, el retraso a nivel planetario trás los dos mil años de historia.... Yo no soporto las costumbres

También con el cultivo de plantas encuentro posibilidades sin explotar y absurdas soluciones, existiendo respuestas que se encuentran de forma natural frente a nosotros. Yo, paleto agricultor urbano, cultivo algunas verduras en macetas de mi terraza. Ya he comentado que recojo mas de cien lechugas al año, así como unos pocos tomates (no tenemos la orientación apropiada) y algunas verduras más...


Experiencia de bancal profundo en maceta. Basado en las experiencial de cultivo intensivo de J. Seymour, cultivamos tubérculos con este sistema en macetas. Los resultados, en pocos meses...


En un par de plantas de pimientos, descubrimos el otro día, que presentaban una plaga de pulgón. Esto irremediablemente suele tener como consecuencia una invasión en poco tiempo de casi toda la huerta urbana. Dada la escasa cantidad de plantas que se pueden cultivar en unas cuantas maceras, esto podría suponer un desastre para nuestra huerta urbana ¿que hacer?

Cualquier experto rapidamente te aconseja un insecticida comercial que casualmente dispone para su venta en una extantería muy a mano...
Hay plantas que no son atacadas por el pulgón en ningún caso; el tomillo es una de ellas...Solemos cultivar una maceta y la razon es sencilla: realizamos una infusión con sus hojas, con la que rociamos las plantas afectadas del mencionado (y otras por precaución). En pocas horas, el pulgón, o bien desaparece, o casi queda aniquilado en esta plimera rociada; en una segunda, es segura su desaparición total...He de suponer que esto lo conocen los fabricantes de insecticidas, pero ya se ocupan de esconderlo convenientemente, a los paletos de ciudad que, como nosotros, poseemos huertos urbanos.


El Tomillo y la Lavanda, son habituales de nuestra huerta urbana; son nuestros insecticidas naturales. En la imagen, junto a dos tipos de lechugas

Naturalmente nadie nos ha contado nunca semejante solución, pero ha sido por una mínima capacidad de observación y deducción de lo que nos sucede alrrededor, de donde hemos sacado el remedio...¡Y parece que funciona a las mil maravillas!

De la misma manera, estamos investigando la aplicacion de la técnica de los bancales profundos difundidos por John Seymour, al cultivo en macetas...Tampoco sabemos si se suelen aplicar, pero también es deducción que, tanto Estella como yo, hemos sacado de la lectura de sus escritos.

También mis hijos, van por el "mal camino"...

¿Se hereda el inconformismo?


continuará a lo largo del día...

1 comentario:

  1. Mi madre tiene un peque ... Ver másño huerto desde hace unos años. Cuando ella no está se lo cuida un señor del pueblo, pero suele ir al menos una vez a la semana (sobre todo cuando hay que oxigenar la tierra o plantar o disponer la instalación de riego). Todo el mundo está empeñado en que le tiene que echar algún pesticida para combatir el pulgón y otras plagas, pero mi madre se niega en redondo.

    Ella les dice: "Es un huerto de 50 metros cuadrados. Es un pequeño experimento. Es una ilusión. No quiero comercializar nada, ni me importa que obtenga menos de lo esperado. Simplemente quiero que sea natural. Quiero jugar. Quiero probar. Quiero aprender. Y no quiero contaminarlo ni nada por el estilo."

    Y ellos insisten. Allí todo el mundo sabe mucho de temas del campo y se empeñan en aconsejarla fumigar con químicos. La miran de manera extraña cuando ella no quiere hacerlo... como si fuera una madre que se niega a vacunar a su hijo. Aprovecho para decir que yo (su hijo) jamás me he vacunado de nada, y me considero una persona más que sana de momento.

    Ella lava las plantas con agua y jabón ecológico. Las habla. Las siente. Las lava con infusiones. Las quiere. Jamás ha echado nada químico.

    Yo, antes, no creía demasiado en estas cosas... porque como todo el mundo... estaba demasiado mediatizado por lo que nos rodea. Pensaba que era necesario fumigar a las plantas para que dieran mejores frutos y vacunar a los niños para que no cojan enfermedades infecciosas y estén más sanos que un roble.

    Ahora sé que todo eso es mentira. Gracias a mi madre y su empeño por hacer las cosas de otra manera.

    Cada vez que viene a casa y me trae pimientos, cebollas, habas, lechugas, tomates o pepinos (en cantidades industriales) veo que la huerta funciona y da productos magníficos.

    Sigo aprendiendo de ella... cada día... en muchísimas cosas... porque siempre ha sido una persona a la que tampoco le ha interesado nunca lo establecido... lo normal... lo que "tiene que hacerse asi porque así nos dicen que tiene que hacerse"...

    Sigo aprendiendo de ella... y no soy el único... porque después de dos años luchando con la gente del pueblo... ahora alguno que otro se le acerca a preguntarla "qué le echa a las matas para que jamás les entre ninguna plaga" ^_^

    Un saludo y enhorabuena por el post...

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