lunes, 10 de junio de 2019

Diario de un hortelano urbano (337). Los desecados en la práctica

Estamos en verano y resulta una delicia poder comer un buen plato de patatas con níscalos. Y es que ya hemos puesto en práctica el almacén de desecados que habíamos realizado con alimentos muy variados y que ahora, fuera de temporada, resulta especialmente placentero el explotarlo.

Patatas con níscalos y champiñones portobello desecados

Unos níscalos en trozos pequeños, junto a champiñones portobello y polvo de los mismos, hidratados desde la noche anterior, resultan exquisitos para este comienzo de verano tan poco caluroso.

Para almacenar níscalos en trozos grandes, es mejor congelarlos pues se corre menos riesgo de parecer palos secos por falta de hidratación si lo hacemos en tiempos normales. 

Desecando níscalos en trozos pequeños

Ahora en primavera-verano, hay que estar atentos a las ofertas del mercado en cuanto a tomates, champiñones, espárragos y algunas verduras. En otoño-invierno esperando las ofertas de níscalos a buen precio, además de los recolectados por nosotros mismos, cuando podemos. Estos últimos irán enteros, o casi, al congelador , mientras los primeros irán a ser desecados  en trozos pequeños.

Níscalos en trozos grandes, congelados. Normalmente lo hacemos, tras un congelado rápido,  un posterior envasado al vacío en bolsas; de otra forma, en crudo, se rompen con la depresión de la envasadora

Recolectando níscalos por las pistas y montes gallegos (caminos rurales y de montaña, asfaltados)


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