domingo, 7 de abril de 2019

Diario de un hortelano urbano (325). Calefacción y contador inteligente

Tras 18 días en los que empecé a investigar la posibilidad de hacer curados de embutidos en un frigorífico pequeño y conseguir con ello, ser independiente del tiempo climatológico y la estación, ya empiezo a sacar algunas conclusiones de interés que conviene ir apuntando.

En primer lugar comentar que ya tengo muy claro que este experimento será positivo, dado el aspecto que presenta el embutido, su grado de curación y secado.

Posición anterior de secado y las consecuencia de esta mala organización (flechas azules). Aqui al 100%
Nuevo atado de los embutidos. Este pequeño frigorífico, tiene mucha más capacidad para el secado y curado de lo que aparenta. Aqui al 100%

Resulta curioso como tras los 18 días, el humedad relativa de la nevera se ha parado en los 57% y no ha seguido avanzando hasta estados mucho más secos que es lo que yo esperaba. En cualquier caso el curado y secado se está produciendo, aparentemente, de buena manera.

Una de las cosas en las que se ha fallado, ha sido en la manera de colgar el embutido ya que que, por costumbre, hice una ristra demasiado larga. Para colgar la misma era imposible hacerlo a las distancias mínimas para que no se interfiera en el secado homogéneo. Por ello, a los 16 dias, até de nuevo el embutido y cambie su forma de colgado, hasta una forma más razonable. Espero que, pese a que el embutido ya está bastante seco, aguante esta nueva forma de colgado hasta el final del proceso.

Para evitar los posibles mohos en esas zonas, se ha extendido con un pincel un poco de CDS (dióxido de cloro disuelto en agua). De esta forma, no se para la fermentación del embutido, que podría provocar una atmósfera general de Dióxido de Cloro, como hago yo en mi frigorífico.

La conservación de alimentos en la nevera con una atmósfera rica en dióxido de cloro, hace que se conserve su contenido por meses


Medidor de consumo con alarma sonora de corte. Gracias a él, nos ha sido posible tener contratada una potencia electrica ridícula y, por ello, con unos costes mínimos eléctricos


Esta puesta en práctica, toda mi nueva forma de ahorrar energía eléctrica, con unos servicios mínimos de calefacción para el huerto, consistentes en consultar las tarifas diarias de precios antes de conectar la calefacción en ese día. Es un poco tedioso hacerlo así pero, en mi situación actual de retirado, me lo puedo permitir.
Hasta el momento los consumos habituales no pasan de los 250kw mensuales en los peores días y por lo tanto, con ahorros de casi un 20% respecto a los consumos de meses calefactables de otros años.

Tiempos del corte de suministro en un contador inteligente, según la demanda excesiva producida. https://nergiza.com/
Comparativa de tiempos de corte entre un contador inteligente actual y un ICP tradicional. https://nergiza.com/

Una de las acciones que emprenderé también en los próximos días, será la sustitución del ICP de la vivienda de 10A, por otro de 15-20 A. Esto es posible ya que con la instalación de contadores inteligentes, el corte ya se produce en el contador y no en la vivienda. Como el contador tiene mayor margen de corte que el ICP, ganaremos casi el triple de tiempo antes de que se produzca ningún corte eléctrico por exceso de demanda (consultar el gráfico). Esos cortes, hasta ahora y gracias al medidor de consumo con alarma, eran mínimos, pero ahora, de la forma relatada, serán absolutamente nulos. Esto me posibilitará que no exista interferencia de la calefacción del huerto con otros consumos del hogar que demanden potencia puntual, en los inviernos muy fríos, en los que el huerto necesite calefacción potente y esta sea posible por los precios eléctricos de ese día...


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