Me planteo continuamente el qué hacer en esta situación de casi parón absoluto de la arquitectura española.
Con independencia de otras deducciónes y decisiónes -en el sentido de organización rural como modo de vida-, uno tiene que analizar lo poco que queda de la situación anterior, para intentar seguir activo en esta faceta del "interpretar fotográficamente la arquitectura" que no es, ni más, ni menos, que lo que realmente me apasiona.
Algunos de mis compañeros se afanan por trabajar de gratis, con la vaga esperanza de quedarse con el cliente, al que podrá "explotar" posteriormente en las "vacas gordas;" creo que tienen esperanzas en que aquellas llegarán de nuevo, y de igual forma...; ¡tremendo error! .
Con ello lo que han conseguido ya, es distorsionar el mercado transformándolo en un "no mercado" de esta especialidad (si no hay demanda de un trabajo a cambio de dinero, es que no existe mercado y, por lo tanto, se transforma en un "no-mercado"...).
Esto, solo ha sido posible gracias a los bajísimos costes de la tecnología digital que hacen que, cualquier chaval que empieza, pueda hacer fotos aparentemente decentes y , en teoría, con los mismos costes materiales de producción que los de los profesionales del sector. Creer esto, solo es posible si la demanda no es especializada y no sabe distinguir entre lo que supuestamente se demanda (fotografía de arquitectura) y un reportaje social con tema arquitectónico; en mi opinión, estamos en el peor momento para un fotógrafo "productor".
No hay ninguna duda que pese a ser poca, en nuetro país se sigue haciendo arquitectura procedente del pequeño encargo privado y, en contadas ocasiones, del concurso oficial ya adjudicado y contratado en años anteriores.
¿Cómo navegar por este pequeño "no-mercado", creado por la difícil situación económica y la consecuente desesperación profesional del sector fotográfico?
Pues no me cabe la menor duda que el fotógrafo productor, ha de seguir siéndolo en medio de este "no-mercado" pues, de otra forma, perderá todo el interés para el poco rescoldo interesado por la auténtica imagen de arquitectura, que seguro quedará tras toda esta tremenda criba.
No nos queda otra que seguir pedaleando, aunque no entendamos bien donde está y que hace este pelotón...
No nos queda otra que seguir pedaleando, aunque no entendamos bien donde está y que hace este pelotón...
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