De nuevo unos kilómetros por el Retiro de Madrid. De nuevo, también, disfrutando del fresquíto que a las 7,30h. nos dan tal cantidad de árboles y césped en medio de este caluroso verano; la humedad, en medio de esta estepa seca y soleada, es capaz de hacer estas cosas...
Y otra vez, me he encontrado con los de siempre. La verdad es que nos conocemos todos, aunque como casi siempre sólo es de vista, les pongo motes para diferenciarlos cuando los nombro:
El parque de El Retiro de Madrid, a las 8 de la mañana |
"Miguel el de Castillo" (un cántabro en medio de la meseta, montando en bicicleta), "el ciclista" (un ex casi profesional, que se entrena a diario durante todo el año), "el retirado" (viejo y simpático como pocos), "los ciclistas" (agrupo así, a un buen puñado de ciclistas que entrenan a diario; algunos son componentes de equipos semiprofesionales del CANOE), "la viejecita" (que pese a haber tenido un derrame cerebral, monta en bicicleta todos los días del año), "el viejecito" (compañero de la anterior, que ha desaparecido...), "el cicloturista" (ha dado la vuelta al mundo con esa bicicleta y que pese a su edad, todavía circula por el parque), "la del avión" (supuestamente hace ejercicio levantando los brazos mientras camina ¿despegará un día de estos?), "el corredor" (muy grueso que, trás un derrame cerebral, se ha puesto a correr y ha llegado a estar como un fideo), "el cojo" (que trás un supuesto accidente, pierde una pierna y que, con la ortopédica, corre al menos diez quilómetros diarios), "Ricardo el sabio" (que ha dejado la bici a diario, para dedicarse a los maratones; mi compañero de aventuras ciclistas), "el despistado" (siempre va con cascos escuchando música; su perro va por donde le da la gana ¡un peligro de perro y de dueño!), "el remero" (son muy agradables a esas horas los sonidos de los remos en el agua, mientras los patos protestan a su paso), "el loco de los patines" (no lo veo últimamente, pero se pasa horas patinando y bailando mientras escucha música; un peligro para ciclistas y caminantes), "el arquitecto" (uno de los mas conocidos que corre a diario con su perro, con cara de gran sufrimiento), "Lorenzo" (otro arquitecto que en ocasiones me reconoce y me saluda; otras va ensimismado en su esfuerzo ¡cada día me encuentro con más arquitectos paseando o haciendo ejercicio a esas horas!), "el dentista" (en ocasiones nos vemos), "el padre de..". (de otro muy conocido arquitecto, que pasea antes de ir al estudio)...
A eso de las nueve de la mañana, ya hemos desaparecido todos y aparecen nuevas especies: retirados aburridos, señoras sin gran cosa que hacer paseando a su perro, turistas y gente de color con actividades de trapicheo poco confesables
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