.
https://odysee.com/@SORPRESA:8/ADVERTENCIA-A-MILITARES-2000:6 |
Como decía Krishnamurti, vivir en un sistema enfermo, lo mínimo que puede producir es enfermedades. Y siendo cierto esto al 100%, resulta difícil desprenderse de este sistema viviendo dentro de él. Para hacerlo, hay que controlar varios aspectos:
Aspecto económico. Es imposible vivir dentro de este sistema sin recibir un sueldo por un trabajo, o una pensión tras mucho años de haber trabajado para el sistema. Sobre esto, y en principio, no hay discusión.., salvo que ese sueldo o pensión desaparezca y se vea reducida a su mínima expresión.
En este ultimo caso, hay que tener prevista una fuerte de ingresos complementaria. Buscando, buscando, desde hace años, encontré una actividad que legalmente, no me impide ejercerla siendo un jubilado y que puede complementar mi pensión: la inversión en bolsa. Otras actividades menos habituales como la compra-venta de monedas de metales preciosos puede ser una alternativa dentro del sistema, pero sin estar en el sistema...
Aspecto sanitario. En el extremo, no hay nada que hacer: se necesita la medicina oficial si has de operarte de alguna dolencia grave, irrenunciablemente. Pero por el camino, hay un buen trecho por el que circular antes de verte obligado a una intervención quirúrgica. Hasta el momento y desde hace muchos años, nosotros solemos ser nuestros propios médicos y nos aplicamos, de ser necesarias, nuestras propias medicinas, naturales o no. La botánica medicinal, la alimentación medicinal y los medicamentos paralelos al sistema, son nuestros amigos.
Aspecto alimenticio. Resultaría ridículo intentar prescindir de los alimentos que nos proveen los supermercados del sistema, viviendo en una ciudad. Pero también aquí hay muchos niveles. Nosotros, en la practica, lo único que necesitamos del sistema es la carne y el pescado. Todo lo demás (agua, verdura, pasta, pan, conservas, embutidos, quesos, aceite etc) nos lo fabricamos nosotros. De esta forma no solo ahorramos muchísimo dinero sino que también evitamos el envenenarnos con todos los conservantes, antibióticos y aditivos que contienen todos los comerciales, por ley.
Electrodomésticos y aparatos del hogar. Absurdo, en una ciudad, el pretender prescindir de ellos. Pero no lo es, el ser absolutamente independiente en su mantenimiento, adquiriendo los repuestos y herramientas necesaria para hacerlo. Si uno mismo no puede repararlos, habitualmente es mas barato comprarlos nuevos, evitando todos los intermediarios del sistema que elevan el precio de todo (internet).
Ocio. La decisión de vivir en la ciudad desde nuestra jubilación, nos da muchas más posibilidades de ocio, incluso fuera del sistema. Desde las exposiciones gratuitas, películas, paseos por los grandes parques y calles de las ciudades, hasta las marchas y excursiones por los montes cercanos son una realidad fuera del sistema. El transporte gratuito que algunas autonomías ofrecen a sus ciudadanos jubilados, hacen el poder desprenderte tambien de parte del ocio oficial.
Transporte. El hecho de vivir en una gran ciudad, de nuevo te trae ventajas ya que no se necesita vehículo para nada, dados los magníficos transportes públicos existentes. Además, para jubilados, gratuitos en tren y metro por toda la autonomía. Esto último si supone un aprovechamiento máximo del sistema, sin necesidad de estar en el sistema, salvo para los no jubilados...
No hay comentarios:
Publicar un comentario