Una de mis máximas preocupaciones defensivas actuales, es mantener el valor de los ahorros que, aunque no sean muchos, han de ser los suficientes para poder superar una catástrofe como la que tenemos delante, con bajadas de las pensiones en al menos un 30-40%, sueldos miserables y subida de los alimentos y energía, hasta la estratosfera. Y no es solo que las cosas suban de precio, sino que es la moneda la que baja de valor y, por lo tanto, hay que pagar con más euros, para conseguir lo mismo.
Hay muy pocos bienes que mantengan su valor con el tiempo. Además del mas conocido (algunos de los inmobiliarios), hay otros, en principio mas asequibles, que pueden ser tomados como refugio: las monedas de plata y oro. Con ellas, es posible la sustitución de todo o parte de nuestros ahorros, eliminándolos del banco por correr gran peligro en una situación de ruina generalizada del país, como la actual (posibilidad de expropiaciónes) , y con independencia de la gran inflación existente (la real, cercana al 12% anual).
Una vez hecho el cambio a monedas de metales preciosos, muchos se preguntaran que hacer cuando se necesite liquidez. Hay dos caminos a seguir:
Tanto en un caso como en el otro, el precio de partida se basa en el precio (spot) de la plata o el oro en el momento de la venta. En una tienda, nos quitaran un 15-20% de ese precio (el llamado premium), mientras que con particulares se suele utilizar el precio spot al cierre de la operación. El premium de la plata (15-20%) suele ser mas alto que el del oro (2-5%). Es evidente que lo mas rentable es el mercado entre paticulares aunque, si la inversión es a muy largo tiempo, también con las tiendas puede ser de interés.
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