Toda mi vida tuve problemas con el acido úrico. Tanto que incluso me hizo tener un tratamiento especifico diario durante años. Empece a hacer bicicleta de carretera de alto rendimiento (650 km semanales) y sorprendentemente nunca más he tenido ácido úrico alto, en mis análisis de sangre periódicos.
Tras la compra y tarado del aparato de medición en sangre del acido úrico y azucar, y comprobado ya que el azúcar no se me descompensa por la ingesta de un litro diario de zumo de naranja, me propuse estudiar mi acido úrico a diario en Galicia, pues nunca entendí la razón de esa ausencia desde un momento determinado que coincide, eso sí, con el comienzo del ejercicio físico intenso (ahora ya a mi edad hago muy poco y mi sobrepeso es considerable).
Como el año pasado tuve problemas en las articulaciones en esas tierras gallegas, supuse que podría ser un ataque de acido úrico (crea artritis, precursora de la artrosis) y no tanto consecuencia de la alta humedad habituales por la zona.
Los análisis diarios fueron siempre normales, salvo al día siguiente de haber ingerido carne (de cualquier tipo). La ingesta de carne de vacuno (también puede ser incluso de pescado o pollo) me eleva tremendamente las cantidades de acido úrico; un simple filete me hace elevar hasta los 8 UA esta cantidad (lo normal es hasta 7) e incluso llegando hasta los 13 UA a poco que varios días seguidos la consumiera.
Analizador ya tarado, de parámetros de sangre, donde se apunta el factor de interpretación de las mediciones de acido úrico (-4,5p.) y azúcar (-14p.). |
Por fin he descubierto la razón de la desaparición del acido úrico en mi sangre, pues fue el cambio de alimentación, y no el deporte como afirmaba el medico, al empezar una vida en pareja con mi mujer, con un consumo elevado de verduras y otros alimentos, y con una dieta muy limitada en proteínas de carne (si acaso pollo y pescado). Por lo tanto, ahora sé como he de alimentarme para que mi artrosis no siga aumentando: eliminar casi totalmente la proteína animal en mi alimentación, limitándome a su consumo de forma puntual.
Y este descubrimiento lo hago ahora a los casi 72 años, después de haberlo sufrido durante 10, cuando era joven.
Tengo siempre la sensación de que es ahora cuando soy consciente de mi vida y de que hasta hace muy poco, con la pandemia, estaba a merced de las circunstancias. Siempre me prometo que en la próxima, a mi no me tomarán mas el pelo.... En lo vivido hasta ahora, ya no tiene remedio.
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